Hola a todos. De nuevo escribo un artículo para
intercambiar experiencias y conocimientos con mis colegas escritores de todo el
mundo, dando igual el género literario en el que trabajen. Los que ya lleven
años en este duro mundillo sabrán de lo que hablo y no creo que les haga falta
mis consejos, pero si eres un escritor o escritora que recién comienzas a
escribir y deseas publicar, entonces léete este artículo pues en él hay
consejos muy interesantes y ciertas directrices que hay que tener en cuenta a
la hora de publicar, siendo los más importantes el conocer tus derechos.
Como se
puede leer en el largo título del artículo, principalmente vamos a tratar sobre
el asunto de que hacer nada más terminar de escribir la obra y divulgarla a
través de terceros (editoriales). Comencemos por el principio.
Hay que registrar todo lo que se escribe.
Sí. Esto
es lo más básico y lo primero que debe aprender un escritor: todo lo que escribas debe ser registrado
en el Registro de la Propiedad Intelectual, que es como se llama en España y
que existe en todos los países con unas mínimas leyes que regulen el derecho a
la propiedad intelectual; en cada lugar se llamará de una manera diferente o
puede que de la misma forma, pero la función es la misma.
Aunque
pueda parecer obvio, es indudable que si escribes una novela esta te pertenece,
junto con su argumento y personajes, pero esto que es tan evidente, en este
mundo de engaños, traiciones y dobleces alimentadas por la codicia y el
materialismo no tiene validez alguna. Si tu novela la mueves por diferentes
canales en un intento de que te la publiquen sin una mínima protección,
entonces es más que seguro que te roben la idea, te plagien el argumento e
incluso que descaradamente la publiquen entera tal cual con un seudónimo. Que
pongas tu nombre en la primera página de la obra y digas que sea tuya no
demuestra nada ni ante la Ley (se puede demostrar, pero es muy, pero que muy
difícil y costoso conseguirlo) ni ante esos piratas que tienen todas las de
ganar. La solución pasa por registrar todas tus obras (novelas, ensayos, tesis,
artículos, comentarios, relatos cortos…) que desees ver publicadas en
editoriales u otras entidades en el Registro de Propiedad Intelectual.
Lo sé,
es un rollo, cuesta dinero, porque esa es otra, uno se pregunta por qué
demonios paga impuestos para luego tener que pagar el registro de una novela
que has escrito tu. Es de locos, pero este es un mundo demencial y si quieres
prosperar en él debes acatar las reglas; cambiarlas es ya otra historia y no
tiene nada que ver con el tema. Así pues, antes que decidas mover tu obra,
tienes que registrarla. Ojo, que el tenerla registrada no va a impedir que te
la plagien o intenten robar, pero si te das cuenta de la sucia maniobra puedes
demostrar ante la Ley que la obra es tuya y prácticamente ganar los pleitos que
interpongas. Quizás pueda sonar a mera anécdota todo esto de robos y plagios,
pero es mucho más común de lo que los escritores noveles puedan llegar a
imaginar. No hay que ir muy atrás en el tiempo (semanas tan sólo), para
recordar grandes plagios por parte de grandes editoriales para famosetes de tres
al pelo que desean aprovechar la fama de su nombre pero que luego no tienen ni
idea del arte de escribir historias. Y tampoco te fíes de nadie. Las pequeñas
editoriales cuentan para robar argumentos u obras con el hecho de que si un
autor les envía sus novelas, es porque ese autor no es muy conocido, no sabe de
qué va este mundo y por tanto es presa fácil. Pero por el contrario, las
grandes editoriales cuentan con abogados, dinero, recursos y si quieren robar o
plagiar algo lo hacen pensando que pueden actuar con total impunidad. Existen
sonados casos de plagios tanto en pequeñas como grandes editoriales, y es lo
más normal del mundo que si no tienes la obra registrada tarde o temprano
pierdas todos los derechos sobre ella.
Eso sí, dejemos muy claro que la inmensa mayoría de
las editoriales son honestas en ese sentido y no buscan el robo ni el
plagio, sino el trato con el autor si la obra en cuestión les interesa. Pero
hay que tener en cuenta que en determinados países no existen los derechos de
autor ni la propiedad intelectual, y en otros son tan recién su creación, que
muchas editoriales siguen imponiendo su ley del más fuerte. Por tanto, registra
todo lo que escribas y cuando te pongas en contacto con las editoriales, hazlo
saber.
Tengo la obra registrada. Cosas que debo saber y como enviarla para que la
evalúen y publiquen.
Una vez
que has registrado la novela, estas en condiciones de poder enviarla a las
editoriales. Te recomiendo que la vuelvas a leer y corregir, pues los editores,
o quienes dan el primer vistazo a una obra, son muy puntillosos y si comienzan
a leer y en el primer párrafo observan muchas faltas de ortografía, de
inmediato tiran la obra a la basura y no leen más. En otro artículo daré
consejos sobre cómo preparar manuscritos para intentar superar las barreras de
editores y demás.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlCNtu0a5cnAABzVxf6MjoCPrEtpB52Ea0fZQ0JkL4UNcLqwACTXQ1zLbHWiRp_Hg9PmFUuf5CWGyOQ8ceMmlbmuHbGEHMtN7Si05EnGq4we32nZbM_JQMyZFq6wAZe8YD2EfKuVPXZGk/s200/244742-139199.jpg)
Si la
forma de enviar la obra es por correo electrónico (a direcciones creadas ex
profeso para tal fin), debes enviar la novela en formato PDF o cualquier otro
formato que no sea manipulable. Es decir, nunca mandes nada en formato WORD o
cualquier otro que permita manipular cómodamente tu obra. Seamos sinceros, si
alguien desea copiar trozos de tu obra, aunque este en PDF lo hacen, pero, ey,
que al menos se lo trabajen un poco. Incluye la carta de presentación, un
pequeño e interesante resumen de la novela y la bibliografía si lo deseas.
Como en
el correo normal, los envíos por correo electrónico una vez leídos son
destruidos. De nuevo tendrás que contar con paciencia, pues suelen tardar en
evaluar las obras recibidas. Ten en cuenta lo siguiente: la mayoría de las
veces las editoriales no suelen contestar o bien se les pasa hacerlo. Las
grandes editoriales sí suelen contestar, con cartas educadas, para decirte que
no les interesa, que no entran dentro de sus planes editoriales o que el género
de la obra es un género con el que no trabajan. Por norma general, las pequeñas
editoriales no suelen contestar porque andan desbordadas de trabajo o no tienen
personal adecuado para ello. Hay que tener paciencia y comprensión. Que no te contesten o no les interese la
novela no significa que esta sea mala ni tu mal escritor, sino que
simplemente no les interesa.
Es muy
importante comprender esta regla de oro: como todo en la vida, leer una novela
tiene el momento adecuado y debe ser leída por la persona adecuada. Puedes
haber escrito una obra maestra, pero hasta que no dé con un lector adecuado,
con el editor adecuado, no será publicada, pudiendo pasar por numerosas manos e
incluso por grandes editoriales. Paciencia, es lo único que tiene el escritor;
paciencia y constancia.
¿Cómo obtengo las direcciones de las editoriales para enviar mis obras?
Ahora es
más fácil conseguir esas direcciones. Cualquier negocio que se precie de serlo
hoy en día tiene su página Web, y en ella te vendrán sus direcciones y maneras
de contactar. Lo único que tienes que hacer es entrar en Internet y en las
páginas Web de las editoriales. Busca cualquier apartado o pestaña que ponga
“Contacto”, “Contacta con nosotros” y similares (normalmente suele estar arriba
o abajo de la página) y allí obtendrás los correos electrónicos o las
direcciones postales donde enviar las obras. Algunas editoriales tienen correos
específicos para recibir los manuscritos y lo indican. Otras no, pero toma su
correo electrónico y ponte en contacto con ellos de todas formas.
Hay que
tener un poco de osadía y no dejarse vencer ni por la vergüenza, ni por la
indecisión. El escritor, si desea ver publicada su obra, debe ser insistente y
mandar manuscritos aunque la editorial no se los requiera. Aunque la editorial
no tenga una dirección específica para enviar la obra, tendrá un correo de
contacto; ataca por ahí. Pero si ves un aviso al estilo de “no recibimos obras
porque estamos saturados o porque ya tenemos planificado el año editorial”,
entonces no envíes nada hasta pasado un tiempo prudencial. Si con todo sigues
sin encontrar el correo electrónico o normal, entonces acude a una librería o
biblioteca y consigue allí las direcciones. ¿Cómo? Bueno, es bien fácil. Toma
un libro de la editorial con quien deseas ponerte en contacto, vete a las
primeras páginas, en los textos de créditos, y allí tendrás los correos y
direcciones postales; así de simple.
Hay que
enviar las novelas, hay que hacerles saber a los editores que existes, y que
tus obras son magnificas, y hay que ser un pesado incluso. Si envías una obra a
una editorial y en un año o año y medio no has recibido respuesta, vuelve a
enviarla. Hasta que no te digan lo contrario, tu deber es enviar manuscritos
porque tu obra debe ver la luz. Si envías obras al extranjero, deberás hacerlo
en el idioma del país de destino, y debes especificar que eres de otro país.
Hay países, como Estados Unidos, que tienen unas leyes muy específicas al
respecto. Ninguna editorial estadounidense recibe manuscritos directamente de
los autores, sino a través de la figura del agente literario. Si deseas
publicar en estos países con estas leyes, tendrás que hacerte con los servicios
de un agente literario.
He logrado contactar con una editorial a la que interesa mi obra. ¿Qué debo
saber cuando vaya a la entrevista o para negociar la publicación de mi obra?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRX0feTtcHM5ifhcpzCeZ3sH4J9S6DdcHlsP0MZNW3WlzyOyS1cmti6d7yTPEeGv2CHf0AeQP7RERsb2ltx4kFPRZbwRuYrZBCUpEYGMUuzIwSSyq19JfKBWVOCB87Sp4Dq5ER90Dk0YQ/s200/librosss.jpg)
-derechos de autor
-derechos de publicación
-pagos, beneficios por venta
-plazos de publicación
-otra formas de publicación
Los
contratos literarios están especificados por Ley, aunque esa misma Ley luego en
la práctica apenas legisle al respecto o no preste atención a todas las
irregularidades que se suelen cometer, tantas, que los escritores en España
solemos estar muy indefensos. Pero tranquilo, el editor no es un monstruo que
desea estafarte, sino otra persona que arriesga su dinero en un intento de
ganar más publicando tu novela. Vayamos por partes.
Derechos de autor: Tu escribes la
novela (o lo que sea), y sólo por haberlo hecho te pertenecen en vida los derechos
de autor sobre la obra. Esos derechos son inalterables e intransferibles a no
ser que los cedas de manera voluntaria. Nadie puede obligarte a ceder esos
derechos, y no existe contrato, al menos legal, que obligue a un autor a
desprenderse de sus derechos de autor al publicar su obra. Aunque publiques,
los derechos de autor siempre serán tuyos hasta tu muerte e incluso más allá,
pues se prolongan por décadas hasta que se vuelven universales (si no hay
parientes de por medio que desean medrar a costa de los esfuerzos de su ilustre
antepasado). Primera regla de oro: es tu obra y de nadie más; nunca cedas los
derechos de autor.
Derechos de publicación: Estos derechos también te pertenecen de por vida en el momento en que
escribes y registras la obra. La diferencia con los de autor, es que cedes
temporalmente los derechos de publicación a la editorial con la que firmas
contrato de publicación. Esto significa que si formas un contrato con la
editorial X, no podrás ofrecer la obra a ninguna otra editorial ni ceder los
derechos de publicación mientras trabajes con la editorial X. De todas formas,
los derechos de publicación remiten al autor pasados cuatro o cinco años
(depende del contrato o del país) si la editorial en ese tiempo no vuelve a
publicar la novela, hace una reimpresión o una nueva edición. También vuelven
los derechos al autor en caso de: cierre de la editorial, quiebra de la
editorial, no cumplir la editorial con lo rubricado en el contrato, vulnerar
los derechos de autor o cualquier cambio, traspaso, eliminación o manipulación
de parte o de toda la obra sin el permiso expreso del autor. Hay otras
cláusulas y detalles por los que los derechos retornan al autor pero estos son
los principales. Con todo, vuelvo a insistir que por regla general los editores
son personas sensatas con las que se puede dialogar. Si publicas en una
editorial y las ventas no son buenas (por el motivo que sea) y otra editorial
más grande se interesa por tu novela, siempre puedes intentar llegar a un
acuerdo con tu editor para que te devuelva los derechos sin necesidad de tener
que esperar a que pase el tiempo prefijado.
Pagos, beneficios por venta: esta es la parte más triste de la vida de un escritor, y posiblemente
cuando leas esto se te caerá el alma a los pies, pero es la realidad pura y
dura. Hablo de los contratos en España, si en otros países es de otra manera
(que lo es, y en los países anglosajones nos dan lecciones al respecto),
cualquiera está libre de reseñarlo. Normalmente, si eres autor novel o
desconocido, no te pagan por publicar tu obra. A lo más, te dan una palmadita
en la espalda y te cuentan milongas sobre lo mucho que arriesgan al publicar un
libro de un autor desconocido. Cuentos, el único que verdaderamente arriesga es
el autor, pero no vamos a explayarlos en esto ahora. Pero vamos a lo que
interesa. Como digo, si eres novel o desconocido no te pagan, pero pueden darte
un adelanto a cuenta de las futuras ventas. Estás en tú derecho de pedirlo y la
editorial en su derecho de negarlo; dependerá de la confianza que tengan en tu
obra. Si ya comienzas a ser un autor con ciertas garantías mínimas de éxito,
que ya se te medio conoce y has publicado varios libros, entonces la cosa puede
cambiar un poco, y de no pagarte nada se te comienza a pagar algo de dinero para
que trabajes en una nueva obra o para que estés contento y no te vayas a
publicar a otra editorial. Si eres un autor con mucho éxito y tus libros se
venden por miles, entonces sencillamente te pagarán buenas cantidades de dinero
para suplicarte que les escribas y trabajes con ellos, pero esto último es raro
y son pocos los escritores que llegan a estos niveles. Aparte de este tipo de
pagos, está luego el del tanto por ciento de venta, que eso es obligatorio. Por
cada ejemplar de tu obra que venda la editorial un tanto por cierto va directo
al autor. Según contrato estándar y moviéndonos en escritor de nivel novato a
medio, el tanto por ciento del beneficio de venta varía entre el 6% y el 10%,
depende de la editorial. Como te dije antes, es bien triste. Lo he repetido mil
veces: el escritor es el que sacrifica su vida por la literatura, quien hace
posible que se cuenten historias, quien suda sangre por sus obras, y sólo se
lleva la media del 8% de beneficios de cada libro que venda. Surrealista, pero
cierto. Que luego no te vengan con el cuento de que son ellos quienes
arriesgan. Ah, pero todavía, de ese miserable tanto por ciento que te llevas,
hay que descontar los impuestos, que son un poco más elevados que del resto de
profesiones debido a la “peculiaridad” de la tuya. Para legislar leyes decentes
que protejan a los autores y cambien este sistema injusto nunca hay tiempo,
pero para sangrarte y quitarte las migajas que te dan sí. Si eres un escritor
de éxito el tanto por ciento lo puedes negociar, subiendo más, aunque no mucho
más, no creas. Lo cierto es que el autor, donde gana más dinero, es vendiendo
en el extranjero.
Plazos de publicación: esto es muy
importante. Es una cláusula del contrato para evitar que la editorial alargue
demasiado el tiempo entre que firmas y sale la novela a la calle para su venta.
Según contrato y según editorial, pero que nunca puede superar el año, si en un
periodo de entre cuatro y nueve meses no se ha publicado tu obra, entonces el
contrato pierde validez y vuelven a manos del autor los derechos de
publicación, no estando además el autor obligado a devolver los dineros que
haya cobrado por anticipado. Todo contrato que firmes tiene que llevar esta
cláusula por Ley. De igual forma, si te comprometes con la editorial a entregar
un libro que todavía no tienes escrito, se te puede penalizar si no cumples con
los plazos de entrega, teniendo que devolver el dinero que se te haya entregado
o adelantado, puede que incluso hasta una indemnización si haces perder
demasiado dinero a la editorial.
Otras formas de publicación: pongamos que has firmado un contrato con una editorial para publicar una
novela en formato libro. Eso significa que has cedido los derechos de
publicación de tu obra sólo para ese formato, no para ningún otro. Si la
editorial quisiera publicar tu novela en otro formato, tendría que pedirte
permiso y negociar contigo un nuevo contrato. Generalmente, y ya es algo
normal, cuando publicas ya viene especificado que además de publicar en formato
papel también la editorial se reserva los derechos de publicación en formato
electrónico. Digamos que la novela tiene mucho éxito y una productora de cine
quiere hacer una película (un guión) basada en tu obra. El editor está obligado
a negociar contigo para compartir los derechos de publicación de la obra con la
productora; él solo no puede hacerlo. Pero de la misma forma, tú tampoco, como
escritor, puedes negociar solo con la productora, necesitas al editor, pues él
es quien tiene los derechos de publicación de la obra en la que se basará la
película. Por tanto, ambos, escritor y editor, debéis llegar a un acuerdo y
firmar un contrato que implique a las dos partes. Esto vale para otros formatos
(teatro, cómic, serie de televisión…). Si tienes cierto peso en la editorial,
como algunos autores famosos, puedes exigir firmar un contrato donde únicamente
cedes los derechos de publicación en formato papel y electrónico, reservándote
los derechos en exclusiva para ti en caso de que alguna productora de cine se
interese por tus obras. Pero esto, como digo, sólo en el caso de que tengas
mucho peso.
Estos
son, en general, los puntos más interesantes a conocer en caso de que vayas a
firmar un contrato para publicar tu obra. Hay más detalles, por supuesto, como
por ejemplo que la editorial debe darte ejemplares de tu obra en una cantidad
mínima de 10 (para que hagas con ellos lo que quieras) y en caso de siguientes
reediciones al menos 2 ejemplares. Cada contrato puede variar de una editorial
a otra, de un autor a otro, pero en lo básico son todos muy parecidos. Un
contrato editorial es algo vinculante, algo que el editor, en caso de que no
cumplas con tus compromisos, puede utilizar legalmente contra ti y viceversa.
Al igual que guardas los comprobantes del Registro de la Propiedad Intelectual,
debes guardar los contratos de publicación como si fueran de oro. Muy
importante es que tengan fechas, razones sociales y datos de la empresa y/o
editor.
Varios consejos.
Asume
que vas a recibir negativas. Es normal que suceda así. Eres desconocido, novel
y es un riesgo invertir dinero en tus obras. Aún en el caso de que hayas
publicado varias novelas no significa que una editorial confíe en tus obras.
Así pues, es mejor que des por sentado que siempre vas a recibir negativas a la
hora de publicar tus libros. No es un pensamiento derrotista por mi parte, sino
una manera de no hacer que te desanimes y rindas. ¿Qué es lo peor que te pueden
decir: no? Pues no pasa nada, sigues enviando obras hasta que des con una
editorial que te diga sí. Nunca dejes de hacerlo. Envía tus novelas a todas
partes: a España o al extranjero. Pero no dejes que esas numerosas negativas
echen por tierra tu carrera como escritor. Yo tardé casi ocho años en ver
publicada mi primera novela, y tuve suerte. Los hay que es cierto que en poco
tiempo logran publicar, pero la gran mayoría de autores no publican de forma
profesional nunca. La constancia debe formar parte de tu carácter.
No
tengas miedo a las críticas. Si eres un escritor que no soporta críticas negativas,
entonces no tienes madera para ser escritor, así de simple. Las críticas es
algo con lo que tendrás que vivir siempre, y las malas son mucho más positivas
que las buenas, pues de las primeras aprendes, de las segundas no. Cuando
envías tus obras para que las evalúen, te expones a que te las critiquen, y no
olvides esto, un editor literario (o quien evalúe las obras en una editorial)
no está en posesión de la verdad absoluta ni del criterio perfecto. Evaluará tus
obras según sus gustos (aunque lo niegue) y preferencias. Como he dicho antes,
muchas veces que admitan tu obra es más que nada porque se encuentra en el
sitio adecuado ante la persona adecuada. Muchos editores, cuando exponen sus
razones para no publicar unas obras, suelen dar consejos o críticas, explicando
el porqué deciden que no se publique en la editorial en la que trabajan. Muy
pocas veces son críticas destructivas, sino que son positivas, aunque sean
malas. Los editores son gente con muchos años de experiencia, cierto, no son
escritores, pero casi, dado que llevan años leyendo todo tipo de literatura y a
toda clase de autores. Lo que dicen suele ser muy interesante; préstales
atención y aprende. Y ten el ánimo fuerte: en ocasiones puedes recibir críticas
destructivas, con ponzoña. El tiempo te enseñará a distinguir entre las
críticas constructivas (aunque sean malas) y las simplemente destructivas.
Habla, negocia y discute con los editores. Respeta su figura, pero no les temas. Ellos defienden su punto de vista y tú el tuyo, que suele ser muy diferente. Ten en cuenta que ellos no crean, pero arriesgan su dinero, trabajo e incluso su reputación; un editor que sólo publique fracasos es más que probable que acabe perdiendo el trabajo, sino su negocio, y el resto de editoriales no le miren con buenos ojos. No son ogros, son personas con inquietudes, puedes hablar con ellos con franqueza. Defiende tus intereses, no te cortes a la hora de señalar que es lo mejor para tu obra y para la editorial. Obviamente, no te pases de listo, que una cosa es tener iniciativa y otra muy distinta arrogancia. Tendrás que dar tu brazo a torcer y hacer cosas que no te gusten, pero es así. Tu obra es buena, pero una cosa es escribir un libro y otra muy distinta publicarlo o venderlo. Sin destrozar tu idea, te verás obligado a realizar cambios, transigir o rendirte en que según qué cosas; es normal.
Es un
mundo muy perro el que has elegido, mi amable compañero o compañera de viaje.
La senda de la literatura, de narrar historias, es tan maravillosa como cruel,
pero aquí estas, es para lo que sirves. No te rindas nunca. Espero que mis
pequeños consejos e información te sirvan para algo.
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