¿QUÉ SON LAS CRÓNICAS LUPINAS? Es una historia contada a través de capítulos donde se narra como llegué a aficionarme al Warhammer 40.000 y el porqué coleccionar un ejército de Lobos Espaciales. Los capítulos los fui escribiendo y colgando en el Foro del club Ojo del Terror, club que ayudé a fundar siendo por tanto miembro fundador y actual presidente.
Aunque una primera lectura pueda dar a entender que es una historia friki (que lo es), en realidad se trata de mucho más que eso. A través de los diferentes capítulos voy describiendo parte de mi personalidad, de mis gustos, aficiones, amigos y situaciones diferentes a través de varias etapas de mi vida. Las experiencias marcadas en la saga Lupina conforman mi personalidad, sumando y enriqueciendo mi vida y mente. Es, por tanto, un viaje a mi interior, una forma de expresar quien soy, que me motiva y me apasiona. Si uno sabe leer más allá de las divertidas anécdotas, de la furia lobuna y de las innumerables batallas libradas podrá comprender un poco mejor a ese ente desatado que por nombre tiene el de Juan Carlos.
Que no os asuste el alto contenido friki (una palabra que ya ha calado hondo en nuestro vocabulario y como tal la acepto, y orgulloso de serlo), podéis perfectamente seguir la historia aunque no conozcáis mis aficiones o no sepáis de que escribo. Basta un pequeño viaje por Internet para que todas vuestras dudas se os aclaren. Bien es cierto que podría daros explicaciones, pero lo divertido (y lo que realmente enseña) es que cada uno busque por propia iniciativa y encuentre lo que quiere.
Para los que no lo sepáis, hubo una etapa en mi vida, antes de dedicarme a ser escritor profesional (escritor lo soy desde niño, pero profesional, obviamente no), que me dediqué a ser comerciante, es decir, tuve mi propia tienda de cómics, muñecos, miniaturas, camisetas, juegos de rol, de cartas, de mesa, libros y postales de cine, dados y sinfín de parafernalia de ese mundillo. La tienda se llamaba “Ripley Cómics” y los cuatro años que estuve trabajando en ella fueron de los mejores de mi vida. Aunque finalmente tuve que cerrar (y no por falta de ventas, sino que por entonces ya se llevaba aquello de exprimir a impuestos y asfixiar tu negocio) y a día de hoy todavía no me repuesto del varapalo económico, me considero afortunado por haber gozado de esa increíble experiencia que me supuso trabajar por propia cuenta. Además, y esto es muy importante, gracias a la tienda pude contactar con mis actuales amigos, a quienes estoy agradecido por hacer de mi vida algo mucho mejor y más colorido. Y ni que decir tiene que si tuviera una máquina del tiempo y retrocediera al momento antes de decidir montar mi propia tienda, no haría absolutamente nada que me impidiera crear el negocio; si tuviera dinero, lo volvería a repetir.
Crónicas Lupinas se inicia bastante antes de mi etapa de vendedor de cómics, pero es un apunte que he creído necesario reseñar, ya sabréis porque. Adentraos entonces en estas divertidas historias y dejaros envolver por el espíritu del lobo, mi guía espiritual. Y recordad: el lobo es un cazador.
Juan Carlos.
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