CRÓNICAS
DE UN FRIKI
Presentación
¿Qué
son crónicas de un friki? Pues casi la historia de mi vida como individuo
enganchado a una serie de aficiones que me han marcado como persona y forman
parte indivisible de mi personalidad. Muchas de estas aficiones me han venido
de pequeño, heredadas de segundas personas, bien mi madre, muchas de ellas, o
de parientes y amigos. Otras aficiones las he ido adquiriendo a lo largo de mi
vida, pero con el denominador común que unas suelen ser la consecuencia directa
de otras. Es decir, que dudo mucho que sin gustarme el cine me hubieran
encantando las series de televisión o que sin gustarme el TENTE me hubiera
enganchado vilmente a las miniaturas de Warhammer 40.000. Creo que está muy
claro lo que quiero explicar.
En
cuanto al porque de escribir estas crónicas lo hago por unos motivos claros:
1-Compartir
experiencias e historias con los lectores. No se trata de agrandar el ego, los
escritores tenemos bastante de ello, pero afortunadamente la gran mayoría
sabemos controlarlo perfectamente. No, no se trata de eso, es compartir
momentos maravillosos en la vida de uno que es más que posible que a ti, oh,
amable lector, te haga pensar aquello de “vaya,
yo también he pasado por lo mismo”, o al menos algo muy parecido.
2-Seguir practicando
con la escritura. Un escritor tiene que trabajar en sus historias, pero también
escribir cosas simplemente por el afán de mejorar, y eso se consigue cuando
trabajas en algo que te relaja, te hace pasar un buen rato y ayuda a expresar
sentimientos e intenciones que tienes dentro. Y no hay sentimientos más
poderosos e influyentes que los que guardamos en nuestro interior, con aquellos
relacionados con nuestros recuerdos de la infancia o adolescencia, con esos
momentos mágicos que hemos tenido en ciertas ocasiones especiales. En mi caso,
muchas de esas ocasiones especiales están relacionadas con mis aficiones. Friki
total, lo sé, no hay más que leer el título. O sea, que por practicar, ¿está
claro?
3-Un viaje a la
nostalgia. Retrotraerse a la niñez es muy bueno, es algo sano para el
individuo, pues posiblemente siendo niños es cuando, dentro de nuestra vida,
hemos sido más sanos, amables e ingenuos (a no ser que hayas sido Damien
redivido y poseído), en una mezcla que nos ha hecho mirar el mundo de otra
manera. Si además hemos sido niños de enorme imaginación, mente abierta y hemos
tenido aficiones algo diferentes a las de los demás, entonces dichos momentos
habrán sido más intensos y nos habrán marcado más, para bien o para mal. Es mi
intención que Crónicas de un friki te hagan volver a esos momentos o, como
mínimo, que sonrías cuando leas los capítulos.
4-Ey, tengo que
crear entradas para el blog, y no siempre voy a estar escribiendo artículos o
historias, de vez en cuando me gusta escribir algo divertido.
5-Un homenaje a
todos los frikis de todas las condiciones y gustos. Porque somos los frikis
quienes conseguimos que los unicornios, los OVNIS, los elfos, los dragones, los
tesoros de piratas y muchas más cosas existan realmente. ¿No lo crees así? Pues
date un paseo por alguna de las casas de los frikis más acérrimos que existen y
me lo cuentas…
Crónicas
de un friki, además, sirve como complemento perfecto para las Crónicas Lupinas,
que aparte de leerlas aquí también puedes hacerlo en el foro EL OJO DEL TERROR,
foro que pertenece a la asociación a la que ayudé a crear. Y, por si fuera
poco, si deseas conocer mi lado más oscuro, perverso y miserable, entonces no
te puedes perder los diferentes capítulos, de estas, mis crónicas, y sabrás
porque, inevitablemente, lo mío era terminar contando historias. Estaba
escrito, otra cosa es que quisiera hacerlo o no, pero finalmente este es el
camino que he elegido. Me considero afortunado, pues soy de esas pocas personas
que al menos ha tenido elección.
Cada
capítulo, o entrada de blog, estará dedicado a una de mis aficiones. A lo largo
de la vida he tenido unas cuantas, algunas ya las he dejado de lado, otras han
evolucionado y aquellas me siguen acompañando. Hay que tener en cuenta que he
atravesado tres etapas claves en la Historia de la España actual en cuanto al
tema de las aficiones, que son la década de los 70, 80 y 90 del siglo XX. Y
digo claves en el tema de las aficiones pues es cuando España se abría al resto
del mundo claramente, entrando el mundo en tromba en la piel de toro. Seamos
claros, frikis los ha habido siempre, pero antes no tenías tanta variedad y
tampoco te dejaban tenerla. Y no es porque hubiera un tío en el poder empeñado
en hacer pantanos que, mira por donde, han resultado muy útiles, o una censura
que cortaba por lo sano todo aquello que tuviera el poder de hacernos pensar
por nosotros mismos (que eso, antes y ahora, es algo que nunca desean los que
mandan). Es porque las condiciones y el medio social e histórico limitan en
cuanto a las aficiones. Los tiempos modernos han dado al hombre más tiempo
libre y la posibilidad de crear nuevas cosas, por tanto, es lógico que se creen
nuevas aficiones y, sobre todo, se puedan disfrutar de ellas.
Mi abuelo Julián, por parte paterna, de quien
guardo gratos recuerdos, vivía en un pequeño pueblo de Guadalajara, Alcocer,
dueño de tierras, animales de granja y corrales. Mis recuerdos de él, de cuando
veraneaba en el pueblo, era de verle siempre trabajando de sol a sol, con una
azada en la mano y en la otra las riendas de la mula o del burro. Su cara
siempre era arrugada, da igual que yo tuviera cinco o doce años, siempre le
recuerdo con sus arrugas profundas y su rostro bronceado y sincero. Era más
fuerte que un roble y más tozudo que sus mulas, pero no tenía aficiones, y no
las tenía porque no podía. Porque se debía trabajar y no había tiempo para
nada. Y no os creáis que en las ciudades era mucho mejor, no. Podías tener un
poco más de tiempo libre, quizás el trabajo fuera menos duro (no sé, la
construcción es bien jodida), pero no te servía de mucho. Es decir, claro que
existían las aficiones, pero eran las tradicionales: el fútbol, las mariposas, los
sellos, los libros, el cine… Si te desmarcabas de esas aficiones eras
considerado “bicho raro”, y en esos tiempos era un estigma demasiado poderoso
que marcaba a las personas en su entorno y relaciones sociales para siempre. No
es que ahora no se sigan marcando a las personas con diferentes tendencias,
pero al menos se toleran un poco más ciertas aficiones y otras ya han sido
completamente aceptadas.
Pero
cuando yo era un adolescente el leer tebeos (cómics se les llama ahora) estaba
muy mal visto, sobre todo por parte de las mujeres, porque se decía que los
cómics, o tebeos, eran para niños, no para adultos. Y si tenías dieciséis años
y seguías leyendo cómics de Spiderman, Mortadelo y Filemón, y no te digo Los
Pitufos, se suponía que eras un inmaduro, tonto y/o poseías algún problema
mental, así de claro. Si en vez de corretear por el campo tras mariposas para tu
colección (que también se consideraba algo “raro”) te daba por, no sé,
coleccionar botes de refresco o sus chapas, eras el tonto del pueblo y como tal
te quedabas para siempre. Qué tiempos aquellos…
Gracias
a Dios no pasé por situaciones tan dramáticas como las que ejemplarizo, pero
existir, existían, oigan, que he sido testigo de ellas, pero si me libré de sus
peores consecuencias fue por eso: infancia en los 70, adolescencia en los 80 y
entrando en la edad adulta (que no madurez, no confundamos) en los 90. Cuando
ya llegué a los treinta años, esplendor del friki, la inmensa mayoría de las
aficiones que seguía ya estaban totalmente implantadas en la sociedad española.
Muchos de los que pocos años antes me hubieran condenado a las llamas
purificadoras de la hoguera ahora seguían las mismas aficiones que mi menda.
Aunque otras cosas seguían siendo muy difíciles de llevar, como el ser jugador
de rol, de lo que hablaré en su capítulo correspondiente. Y los que hayan
sufrido los tiempos del crimen del Rol saben de lo que hablo.
La
década de los 70 vio la llegada de juguetes de otras fronteras a España, con la
apertura del régimen dictatorial (un poco de apertura, no crean) y los nuevos
pelotazos económicos basados en el turismo y en la economía del ladrillo y la
construcción (que no hemos inventado nada nuevo) las familias españolas podían
regalar a sus hijos las nuevas cosas “raras” que entraban de fuera o las que
inventaban los empresarios de aquí, que para el ingenio siempre hemos sido muy
vivos, para lo bueno y lo malo. Con los 80 y la “modernez”, junto con la movida
y la música disco, más y más aficiones continuaron su marcha imparable;
comenzaban a verse los primeros juegos de mesa más allá del parchís y la oca,
los primeros juegos de consolas (ah, el Spectrum…) y la entrada masiva de
colecciones de todo tipo. Los 90 se caracterizaron por el éxito masivo e
increíble de las consolas y los video-juegos, así como la edad dorada de los
juegos de rol hasta la llegada de los infumables juegos de cartas. Pero de todo
esto, oh, lector, hablaré en mis crónicas.
Te
doy la bienvenida y adéntrate en el mundo perverso, oscuro y lleno de
insidiosos secretos del friki. Entra por tu propia voluntad.
Si
lo deseas, puedes ir a la sección correspondiente del blog para leer CRÓNICASLUPINAS. Pincha tan sólo en el nombre e irás de inmediato.
Definitivamente una entrada genial. Yo era un friki de los videojuegos, recuerdo que de cumpleaños me regalaron un Atari, y ese año escolar lo perdí miserablemente por estar jugando todo el tiempo mientras mis padres trabajaban.
ResponderEliminarJa, ja, ja, sí, eres todo un friki, José Luis. Ah, los juegos de Atari y el Spectrum, que buenas tardes nos han hecho pasar, ¿eh? Pero que nos quiten lo bailado…
EliminarTienes razón Juan Carlos, recuerdo que conseguí como 100.000 puntos jugando Pac Man, y eso ni hablar de los marcianitos, jejee.
ResponderEliminarAhhh, jajajajaja, que recuerdos del Pac-Man, ¿y qué me dices de los primeros Princes of Persia, el Mario Bross de la Nitendo o Megaman? Aquellos sí que eran juegos sencillos y adictivos. Todavía los tengo, ja, ja, ja…
EliminarSoy un friki prácticamente de todo, pero en especial comparto tu pasión por las historias de Conan. Han sacado recientemente una colección en tapa dura "Conan, La Leyenda" y es la caña.
ResponderEliminarUn saludo.
Crom, Conan es uno de mis héroes favoritos, tanto en el cómic como en la literatura. Mi primer cómic de Conan fue nada menos que El tesoro de Tranicos de la Espada Salvaje de Conan el bárbaro. Tendría unos ocho años, que impacto fue aquello…
EliminarSí, esos tomos ya me los estoy coleccionando, la verdad es que el Conan de Dark Horse me gusta bastante, no así los dibujantes, pero en cuanto a guión es el Conan más cercano a las novelas. Estate atento a las siguientes entradas de Crónicas de un Friki, donde saldrá mi pasión por los cómics y por Conan. ¿Y qué me dices de la película de John Millius? Canela fina…
!Por los más arcanos brujos de Aquilonia!
ResponderEliminarCierto es que le tengo gran cariño a la película de Millius y a mi indiscutiblemente correcto Conan, el señor Scwarzeneger, y no es menos cierto que la he visto y disfrutado hasta la saciedad, pero como bien sabes, el espíritu libre de Conan se ve constreñido nada menos que, casi la mitad de su vida, en la pelicula producida por Laurentis.
Aunque desde un punto de vista estético-cinematográfico funcione, lo de Conan tirando de la noria como un jumento durante años, nunca me terminó de convencer y diverge totalmente del personaje creado por nuestro querido R.E. Howard, de quien, por cierto era muy amigo otro de mis escritores favoritos H.P. Lovecraft.
Un saludo.
Por supuesto, te doy toda la razón en cuanto a que la primera hora de la película sí bien es la Era Hiboria, para nada es la historia de Conan ni el personaje en cuestión. Un Conan atado, como dices, como mula a la noria durante años, para luego ser introducido en la poesía y filosofía de Khitay o que acepte la esclavitud como si nada pues desde luego está muy lejos del personaje de Howard. En cuanto entra en la cueva y encuentra la espada antigua, a partir de ahí, para mí sí es Conan. Pero la película es una señora película.
EliminarHola Juan Carlos, encantada de conocerte me llamo Virginia y soy una joven escritora que desea ver avanzada su carrera literaria. Encontré tu blog por casualidad porque busco consejos sobre qué hacer si la editorial en la que estas no te gusta y te gustaría estar en otra porque veo que no me convence mucho. Me gustaría contactar contigo por vía e-mail si no te es ninguna molestia y charlar contigo. Si pudieras darme algunos consejos como novata escritora en este mundillo literario, te lo agradecería. Tu blog me interesó muchísimo y hay algunas dudas que me has aclarado, llevo desde los doce años escribiendo e insistiendo y buscando editoriales dispuestas a publicar mi libro. Por fin encontré una, llevo poco tiempo, pero no me convence mucho y me gustaría entrar en otra más beneficiosa, el único problema es que las otras editoriales si no eres lo que buscan y aun así quieres que te la publiquen tienes que tener en cuenta una serie de normas que algunas de ellas me son imposibles de cumplir por ciertos requisitos que piden. Por favor, me gustaría contactar contigo leí tu blog y me gustaría que me dieses algún consejo sobre qué hacer y cómo debo actuar de la forma más correcta. Me alegra de que al fin un escritor de a conocer sus experiencias a través de un blog y esté más a disposición de los lectores que necesiten ayuda, porque hoy en día otros escritores que publican en sus webs a través de otra gente, dan ayuda, pero no de la forma que algunos lectores querríamos, es comprensible porque apenas tienen tiempo, aunque gustaría que compartieran muchísimas más experiencias de ellos en el mundo literario con nosotros. Un cordial saludo, mi e-mail es salaman-dra@hotmail.com
ResponderEliminarHola, Virginia, muchas gracias por tus palabras y seguir mi blog. Anotado queda tu correo y ya te he escrito uno. Nos “vemos” por el ciberespacio. Un saludo.
EliminarMuy peligroso el término friki, no eran frikis la chusma que salía en aquella bazofia que era crónicas marcianas? otra cosa algunos frikis consideran como tales las películas de superhéroes, no serán películas tan frikis cuando arrasan en taquilla... no sé es un término que no acaba de convencerme
ResponderEliminarHola, Francisco. El termino friki viene en su origen de la palabra inglesa “freaks” para referirse a personas que se salen de lo común. En especial a un caso que se dio a finales del XIX y principios del XX en las ferias y circos, que eran los fenómenos humanos, o “monstruos”. Cuando irrumpió la palabra friki tal y como la conocemos en la actualidad, era para definir a una persona que estaba obsesionada con una afición, o varias, desatendiendo su vida social e incluso personal. Por tanto, era una palabra que otra parte de la sociedad usaba para denigrar o insultar a las personas que simplemente eran diferentes o poseían inquietudes intelectuales más allá de ver la televisión. Ese uso despectivo hizo que las personas frikis se rebelaran y enorgullecieran de ser “diferentes” al resto, enarbolando su frikismo como símbolo de identidad.
EliminarHoy en día la palabra friki, al menos en España, ya no es despectiva, sino todo lo contrario. Se usa para mentar a una persona que sigue determinadas aficiones y tiene un determinado estilo de vida que suele salirse de lo que se considera “normal”. Ser friki es bueno y es un orgullo. Yo soy friki y me gusta.
En cuanto a las pelis de superhéroes, son películas que propiamente dicho fueron creadas para los seguidores de los cómics, frikis en su mayor parte. Pero son tan buenos los cómics y los personajes, que han terminado atrayendo a un público que en su vida se habían leído un cómic, de ahí su éxito. De hecho, el 60% de los espectadores que van a ver pelis de superhéroes no han leído el cómic con anterioridad. Un saludo.