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jueves, 9 de enero de 2020

UN MUNDO FELIZ (la censura se impone en España)


UN MUNDO FELIZ (la censura se impone en España)


            Si no has leído la novela de Aldous Huxley (Un mundo feliz, 1932), te recomiendo encarecidamente que lo hagas y comprenderás como España (y el mundo occidental en general) se encamina rápidamente a ese mundo distópico y a su final como democracia. He querido escribir esta entrada en mi blog debido a la gravedad de los sucesos y para denunciar como la censura se está imponiendo en las redes sociales, mientras que en los medios de comunicación (salvo muy escasas excepciones) ya se ha impuesto del todo y casi está a punto de conseguirlo también en el mundo de la Cultura, claramente prostituida al poder factico. Aunque en mi blog trato de temas literarios, de mis novelas, en dar consejos y ayudas a los escritores y de información en general sobre gramática u ortografía, me veo obligado a sumarme a ese grupo de divulgadores, influencers, youtubers, escritores, periodistas, artistas y gente del mundo de la Cultura (de la cual forma parte la Literatura) para dar voz a lo que está ocurriendo.
            En definitiva, quiero dejar bien claro y de forma rotunda que YO TAMBIÉN ME UNO A LA RESISTENCIA.

¿Qué está pasando?



            En algunas entradas he denunciado como varias editoriales españolas me quisieron censurar, cambiar o recortar algunas de mis novelas ya que las consideraban “políticamente incorrectas” o no adecuadas para estos tiempos; o simplemente esas novelas no trataban sobre lo que ellos querían y sí sobre otros temas sobre lo que no estaban de acuerdo, siempre en términos políticos. Y es que cuando en la Literatura impones el aspecto de la economía mal vamos, pero si también le sumas el aspecto de la política entonces te encuentras con la tiranía, es decir: la dictadura.

            Y es que no hace falta un señor con el bigote y soldados en las calles para imponer una dictadura, sino que esta puede venir de las urnas y ser muy “democrática”. La censura es una de las formas que tiene la dictadura de imponer sus normas y de acallar la voz de los que discrepan, peor aún, de los que piensan diferente.

            Aunque escuches en los medios de comunicación o a los políticos decir que España es una democracia donde los derechos humanos y de igualdad prevalecen no te dejes engañar, porque esa es la primera mentira. España dejó de ser una democracia desde hace ya al menos dos décadas. No es este el lugar donde entrar a fondo en el tema, pues es mi intención ir directo a lo que quiero denunciar: la censura en las redes sociales.

            Las redes sociales forman ya parte de la vida de millones de personas y se han impuesto sobre los tradicionales medios de información a la hora de buscar la verdad o de saber de ciertas cosas. Es decir, las redes sociales forman parte de la Cultura. Ahora bien, las redes sociales también eran el último reducto de libertad ya que no estaban controlados ni por la Economía, ni por la Política. Y digo que era el último reducto y no digo que lo es porque ya ha dejado de serlo. La Política ya ha impuesto su dictadura. Las redes sociales son cada vez más terreno del pensamiento único y de lo impuesto por lo “políticamente correcto” o “progresismo” que son las nuevas menciones de lo que en realidad es la dictadura y que no son más que otras facetas del comunismo, fascismo y socialismo que se camuflan para engañar al votante que no es más que un borrego apesebrado incapaz de aceptar que se puede pensar diferente a lo establecido (ahí tenemos sin ir más lejos a las universidades estadounidenses, con sus salas especiales para estudiantes estresados que no son capaces de soportar que otros estudiantes tengan otras ideas y mentalidades diferentes a ellos ya que se consideran dueños de la única moral y verdad que existe en el mundo). La mal llamada izquierda (que no es izquierda, es socialismo y comunismo) ha hecho lo mismo con las redes sociales, imponiendo su pensamiento y ley de la mordaza para evitar que se puedan escuchar voces discrepantes o mentalidades diferentes. Ellos, que se autoproclaman adalides de la diversidad, odian todo aquello que sea distinto.

            La censura en las redes sociales no es más que otra forma de imponer una dictadura, atacando la Cultura pues la información y el transmitir tus ideas a otros no es más que una rama diferente de la Cultura que se expande como las ramas de un árbol en diferentes direcciones. Es por eso que aquí me veo obligado a tratar el tema, ya que me afecta directamente. No solamente se censuran o relegan al rincón más oscuro mensajes o vídeos relacionados con la política, sino también con la Historia y la Literatura. Así, tenemos que ya hay autores que ven como sus vídeos, escritos y mensajes son censurados porque tratan de temas que son considerados “políticamente incorrectos”, tal y como me pasó a mí con “Crónicas de un conquistador” o “El pueblo de las nubes”. Como ya he explicado esto en otras entradas, seguiré adelante con el asunto de las redes sociales.



No existe libertad de expresión



            Como ya he explicado, en España algunos derechos humanos básicos se han visto drásticamente recortados o directamente eliminados. Tenemos, por ejemplo, el derecho de la presunción de inocencia, eliminado por una mal llamada ley de violencia de género que dice que el varón, simplemente por ser varón, ya es culpable (ley de violencia, por cierto, que ha fracasado estrepitosamente en su intento de erradicar la violencia contra las mujeres), y ahora nos llega una asfixia cada vez más mayor sobre el derecho de la libertad de expresión. Supuestamente en una democracia se puede hablar de todo y se puede criticar todo, siempre que se haga desde el respeto y aportando datos sobre lo que se habla. Por eso tu puedes afirmar que Fulanito ha hecho una cosa que está mal y lo demuestres con datos, pero lo que no puedes hacer es colgar un vídeo insultando a Fulanito simplemente porque sí y te cae mal; esto, cualquier tonto lo puede comprender (o no, visto el nivel de educación y comprensión que hay en España).

            En las redes sociales no funciona así (en el periodismo hace años que ya no existe la libertad de expresión, solo se habla de lo que quiere el régimen) y simplemente el hecho de aportar una opinión diferente que contradiga lo políticamente correcto establecido te lleva a la censura. Eliminan tus vídeos o los relegan a segundo plano para que en las búsquedas nunca aparezcan, o te niegan tus porcentajes de beneficios. Esto no se hace de forma casual, sino que es premeditado y se aprecia que detrás hay una clara pauta con una muy bien establecida meta. Y si creéis que exagero, mirad este vídeo donde directamente censuran a Agustín Laje en directo por Twitter, ¡simplemente por colgar una foto!


            En este otro vídeo se explica también muy claramente las formas que tienen Youtube o Twitter de censurarte:




Aunque el caso de Agustín Laje ha pasado en Latinoamérica, se puede extrapolar perfectamente a España, ya que este tipo de censura también ocurre aquí, como lo pueden decir Isaac Parejo, Roma Gallardo, Una Alienada, Ivette en el país de la progresía, Un Señor de Logroño, InMatrix, Coto de Caza Progre, Un Tío Blanco y Heterosexual, Fortunata y Jacinta  y tantos otros divulgadores, youtubers e influencers, y de igual forma ocurre con la Cultura y la Literatura, como con los vídeos de María Elvira Roca Barea y otros autores.

            Aquí no se trata de estar de acuerdo o no con sus opiniones, se trata de Libertad de Expresión, un derecho humano básico que hay que respetar y proteger. Estas personas exponen sus opiniones con datos, argumentos e intentan transmitir una idea que, como digo, puedes estar de acuerdo o no con ella, es tu elección, pero lo que nunca puedes hacer es censurarlos simplemente porque lo que dicen no casa con lo que tu piensas o porque te molesta lo que dicen. Peor todavía es censurarlos porque critiquen al poder establecido, ya que esto demuestra que la tiranía abusa de su posición de poder para eliminar a los disidentes que no siguen sus directrices.

            Junto con la censura viene la descalificación, los insultos o las mentiras que te convierten en un paria, en un peligro a evitar y por tanto es justificable que se te censure o se vulneren tus derechos. Tomemos el caso de que si me muestro contrario a la actual ley de violencia de género automáticamente los nuevos censores me convierten en un sujeto machista que justifica la violencia contra las mujeres (aunque sea una flagrante mentira y no tengan ni una sola prueba que justifique su afirmación) y por tanto es lícito y moral que todo lo que escriba o grabe sea censurado y/o eliminado.

            Esta forma de acallar a los que piensan de forma diferente o se salen de la doctrina establecida es la que está esclavizando a la sociedad occidental, sociedad que ella solita se coloca de buena gana la cadena al cuello. Nos estamos dirigiendo a gran velocidad a algo impensable hace veinte años, a una dictadura enmarcada en el gran engaño que es la actual Democracia, en una tiranía edulcorada con supuestas leyes progresistas y sociales que implantan el pensamiento Alicia en los ciudadanos desde la cuna para transformarlos en unos buenos vasallos dependientes del Estado.

            Ya sea en la Literatura o en las redes sociales, se debe combatir y denunciar este tipo de actuaciones tanto por parte de partidos políticos, como de entidades, organizaciones, asociaciones y grupos económicos y periodísticos. Por mi parte, seguiré denunciando cada vez que me encuentre un caso (ya sea personal o de un tercero) de censura de cualquier tipo en el mundo de la Cultura.

            Hecha esta entrada para mostrar mi repulsa hacia la censura y hacia todos aquellos que la promulgan, me despido hasta la próxima no sin citar las palabras de Will Durant:



“Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que no se ha destruido a sí misma desde dentro”.














3 comentarios:

  1. Saludos Caballero, completamente en acuerdo con la resistencia. Nadie tiene control sobre nuestra vida, palabras y pensamientos excepto nosotros mismos. Al otros imponerse en nuestros derechos humanos muestran hipocresía porque no permiten que nosotros controlemos los de ellos. Si no encuentra una publicadora que acepte su trabajo, busque otra. Que el mercado libre decida. Mucho éxito.

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    1. Muchas gracias, Juan, por leer mi entrada y por tus palabras. Te devuelvo ese saludo.

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