LA
SUPUESTA (Y FALSA) DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER ESCRITORA EN LA LITERATURA
ESPAÑOLA EN LA ACTUALIDAD
Aunque puede que me busque problemas por
escribir y colocar esta entrada en mi blog, creo que no puedo permanecer por
más tiempo sin expresar mi opinión al respecto. Ya sabemos que en estos tiempos
de lo políticamente correcto, de las tiranías del qué dirán, del ostracismo si
osas pensar diferente a lo que los mass
media imponen y de las nuevas dictaduras escondidas en supuestos
movimientos sociales, progresistas, feministas e igualitarios y que no son más
que revanchismos, sectarismos y supremacías al más puro estilo fascista,
comunista y nazi, expresar en voz alta lo que uno piensa te condena a ser
señalado y relegado al olvido para que no causes ninguna inquietud en esta
sociedad apesebrada, infantilizada y totalmente dominada por un globalismo
rapaz, opresor y que únicamente busca esclavos sumisos que les mantengan en el
poder eternamente. Ahítos los ciudadanos de soma
y soylent green, de teléfonos de
última generación y redes sociales con cientos de contactos virtuales pero sin
un amigo real de verdad, de medios de comunicación sumisos al poder establecido
y de oligarquías políticas que se mantienen en el poder mediante redes
clientelares y el voto fanático y sin razón de su masa enfervorecida que les
sigue ciegamente pase lo que pase, podría pensarse que el mundo de la Cultura
y, en concreto, de la Literatura estarían totalmente en contra de este sistema.
Pero no es así. Quienes me conozcan y hayan leído más entradas en mi blog sabrán,
y me habrán escuchado o leído decir muchas veces, que opino que la Cultura (al
menos en España y en gran parte de países europeos y los anglosajones; ignoro cómo
será en el resto del mundo) se ha prostituido desde hace tiempo al sistema y a
las ideologías políticas que imperan en estos momentos. Y lo mismo ha hecho
gran parte del mundo de la Literatura, sobre todo la que encarna a los
monopolios de las grandes editoriales y empresas, salvándose de momento
Internet, los movimientos independientes de autores y editores y las pequeñas y
medianas empresas (no es casualidad que los diferentes gobiernos europeos
busquen con afán el control de Internet y la supresión de todo aquello que no
puedan controlar directamente). Aunque, por desgracia, compruebo que ya muchas
pequeñas y medianas empresas van cayendo poco a poco en los discursos progres y
la asfixiante presión mediática e ideológica a la que se ven sometidos desde
diferentes frentes.
Me voy a centrar en lo que conozco
bien, que es el panorama literario español, donde constantemente (sobre todo en
estas fechas de Ferias y eventos literarios) se nos vende la idea de que la
mujer está siendo discriminada por el hecho de ser mujer y que el patriarcado
(sea lo que sea esto) no desea que las mujeres se conviertan en escritoras o
editoras por no se sabe que oscuros motivos. ¿Es esto cierto? La respuesta es
un contundente no.
No hay
discriminación sexual
Y no la hay desde hace muchos años.
Llevo más de dieciocho años escribiendo, como profesional, y he trabajado en
editoriales en diferentes puestos de mayor o menor responsabilidad. Conozco a
muchos escritores y editores, así como el mercado literario español. Y nunca, y
lo digo muy claro, nunca he conocido el caso de una mujer que siendo tal haya
sido discriminada a la hora de publicar una obra suya o a la hora de que acceda
a un puesto de trabajo en una editorial. Y no solo no lo he conocido yo, sino
que tampoco lo han conocido la gente con la que he trabajado y conocido en esta
larga trayectoria profesional, hombres y mujeres. Y estoy hablando de personas
que trabajan en prácticamente todo el territorio español. No niego que hace
siglos, o setenta o sesenta años, hubiera discriminación, pero en la actualidad
no existe tal cosa en el panorama literario español, ni en el europeo, ni en el anglosajón. ¿Puede existir algún caso en
concreto de discriminación? Posiblemente, pero un caso, o unos pocos aislados
no implica que haya discriminaciones machistas generalizados ni que el mundo
literario español sea machista. Prácticamente no se conoce ningún caso, y si
alguien lo conoce, desde aquí le animo para que lo denuncie públicamente. No me
vale con decir: “conozco a un amigo que conoce a una amiga que dice que una
amiga escritora ha sido discriminada en una editorial por ser mujer.” Eso no
vale. Dime el nombre de la autora discriminada y de la editorial discriminadora
y actuaremos en consecuencia, pero los rumores y los chismorreos no valen para
nada.
En la actualidad las escritoras
tienen las mismas posibilidades de publicar sus obras que los hombres, y no son
discriminadas por su sexo por ningún tipo de patriarcado. No existe una
conspiración en las sombras ni reuniones secretas de hombres de poder que
conspiran para hundir y someter a las autoras. Es una estupidez total.
¿Brecha
salarial?
Otra falacia más. Los hombres y
mujeres escritores cobran la misma porquería. Si son autores muy conocidos
puede que vivan de lo que escriben, pero lo normal es que un autor se lleve
entre un 8% ó un 12% de beneficio por ejemplar vendido. O sea, que hablar de
sueldo paupérrimo es ser generoso. No existe ninguna editorial que pague más
porcentaje de beneficio a un autor por ser hombre ni discrimine a la mujer en
este apartado. Los beneficios y sueldos de los autores se corresponden a
diferentes factores que en ningún caso tienen que ver con el sexo. Si eres un
autor famoso que vende mucho, la editorial procurará que esté contento y le irá
pagando buenos porcentajes de ventas a la par que estímulos para que no escriba
para otra editorial, como pueden ser adelantos o contratos exclusivos (muy bien
pagados) para que escriba X cantidad de novelas en un plazo determinado de
tiempo. Y estos pagos son iguales para hombres y mujeres, únicamente vienen
determinados por el éxito en ventas y la fama que como autor se tenga.
De la misma forma, una mujer editora
cobra en su puesto lo mismo que un hombre editor, siendo la única diferencia
para la empresa que se trabaje, pues no paga lo mismo Planeta o Alfaguara que
Ediciones El Patio de mi Casa. Las grandes editoriales, al igual que con los
escritores, procuran tener a los mejores editores en su plantilla y para eso
les pagan buenos sueldos e incentivos, ya sean hombres o mujeres.
Y hay que tener en cuenta que
Internet y diferentes empresas virtuales han conseguido que los autores, sean
hombres o mujeres, puedan publicar de forma independiente sus obras y de esta
forma controlar sus porcentajes de beneficios de forma directa sin depender de
terceros. No existe, por lo tanto, tampoco ninguna empresa por Internet y
virtual que beneficie más a los autores que a las autoras por meras cuestiones
de sexo.
Supuestos
géneros literarios machistas
Esto se lo llevo escuchando a más de
una persona desde hace un tiempo: que, supuestamente, existen géneros
literarios que discriminan a la mujer y, por tanto, son machistas. Amparan sus etéreos
argumentos en teorías sobre que hay más autores hombres que mujeres y eso lo
convierte, ipso facto, en un género literario machista. Me explico.
Al parecer, en la novela histórica,
de ciencia-ficción o en los ensayos, tesis y divulgación existen más escritores
hombres que mujeres. Pues bien, los defensores de este fanático feminismo
radical exigen que todos los géneros literarios deben tener paridad en cuanto a
hombres y mujeres autores se dice, porque lo contrario significaría que se
menosprecia a la mujer al considerarla incapaz de escribir historias de estos
géneros que, además, suelen ser de los más vendidos o mejor considerados.
Siguiendo está alucinante lógica, se dice que si la mujer no vale para escribir
sobre esto entonces es que se considera que es inferior al hombre. Esto es un
disparate total. Porque estos iluminados se olvidan que existen otros géneros
literarios donde hay más autoras que autores, como por ejemplo la novela romántica,
la erótica, la policíaca, la de suspense o la contemporánea o costumbrista
entre otras, y entre estos géneros se encuentran algunos de los más vendidos en
todo el mundo. ¿También habría que obligar entonces a los editores a que en
estos géneros literarios haya el mismo número de autores que de autoras?
El que haya más hombres que mujeres
(o viceversa) en un determinado género literario no convierte a ese género en
machista o feminista, sino simplemente constata lo que desde hace milenios se
lleva observando, y es que en igualdad de condiciones a las mujeres les gusta
escribir sobre ciertos temas mientras que a los hombres les gusta otros
diferentes. Y esto no es supremacía, ni machismo, ni discriminación, sino
diversidad literaria que enriquece al conjunto de la Humanidad y a la Cultura
en general. No existe una conspiración de ese supuesto patriarcado que obliga a
las mujeres a escribir únicamente sobre determinados géneros literarios al
creer que no valen para escribir en los mejores y más vendidos géneros literarios
simplemente por ser mujeres.
Es más, tengamos en cuenta que sí
existen mujeres que escriben novela histórica o de ciencia-ficción, las hay muy
buenas y muy conocidas universalmente, igual que hay hombres que escriben
policiaco o romántico y son igualmente buenos y conocidos. Es decir, que
cualquiera puede escribir sobre lo que guste y del género que prefiera pero,
libre y conscientemente, suele elegir aquello que más le atrae y sobre lo que
se cree capacitado para escribir.
¿Existe machismo
en la literatura?
¡Claro que existe! De necios es
negarlo. Basta leer una obra de cien o más años para darse cuenta de ello. O
tampoco hace falta tanto irse tan lejos, basta visitar cualquier país islámico
para darse cuenta que las mujeres tienen prohibido escribir sobre casi
cualquier tema porque son mujeres y por tanto no están cualificadas por
nacimiento para esas tareas. El machismo existió, y las novelas de siglos
pasados lo reflejan pues el autor cuando escribe suele reflejar los
acontecimientos sociales e ideológicos de la época que le tocó vivir. De igual
modo, antes las mujeres no solían dedicarse a la escritura pues se consideraba
que “era cosa de hombres” y que la mujer no poseía o imaginación, o malicia
para escribir sobre ciertos temas. Erróneo pensamiento, claro, pues multitud de
autoras pasadas han demostrado de sobra que esto es una imbecilidad que no se
sostiene por ningún lado.
Pero aquí de lo que se trata es de
la actualidad, y en la actualidad los autores reflejan los acontecimientos
sociales e ideológicos que les tocan vivir. No voy a negar que no existan
autores que reflejen un profundo machismo en sus escritos, pero por lo mismo,
existen muchas autoras que reflejan una profunda misandria en sus obras, así
que la cuestión es la siguiente. Si vetamos el machismo en la literatura, nos
veremos obligados entonces a vetar el feminismo radical actual, lo contrario
sería entonces salir de una supremacía de género para entrar en otra nueva
supremacía de género igual de mala que la anterior. ¿Para qué entonces la lucha
por la igualdad? Y voy más allá. ¿Por qué hay que vetar ciertas obras? ¿No se
supone que vivimos en una sociedad de libre expresión? ¿Qué la Cultura y la
libertad de expresión deben estar por encima de la censura? ¿Censuramos también
todas las obras de siglos pasados, de milenios pasados, y únicamente publicamos
aquella literatura que encaje con nuestra actual forma de pensar y que más nos
convenga? ¿Y quién decide que libros nos conviene leer y cuáles no, que obras
se ajustan a nuestros intereses y cuáles no? ¿Realmente deseamos volver a esos
tiempos en los que otros decidían por nosotros que era lo que nos convenía? De
ningún modo, como autor, deseo que sean gobiernos y partidos políticos, así
como supuestos agentes sociales, los que decidan que libros puedo leer y cuáles
no. Esto ya se hizo en tiempos pasados, como los del nazismo o comunismo
soviético, por ejemplo, y todos sabemos como terminó la historia.
Existen otros
tipos de discriminaciones a los autores
Y no se suele hablar de ellas
prácticamente nada. Son discriminaciones que no tienen que ver con el género y
sí con el menosprecio al autor como tal y, sobre todo, con su profesión. Por
ejemplo, cuando un autor se ve obligado a poner en la portada un seudónimo en
vez de su nombre porque así “los lectores lo exigen” o son imposiciones de la
editorial basados en aspectos económicos y publicitarios. Esto es tan verdad
que, sin ir más lejos, yo mismo me vi en la obligación de poner un seudónimo en
una de mis novelas si quería que se vendiera, ya que (y esto está comprobado) a
los lectores no les atrae una novela firmada por Juan Sánchez o Maruja Torres y
se piensan que una novela firmada por John Smith-Stone debe ser buena
simplemente porque tiene un potente nombre de autor. No digamos ya si sospechan
que eres un autor patrio; más difícil lo tienes entonces.
De la misma forma, las editoriales
discriminan a los autores independientes no queriendo publicar nada de ellos al
considerar que si un autor se ve en la obligación de autopublicarse (ya sea en
formato papel o por Internet) es porque su obra carece de la calidad necesaria
para ser publicada de forma tradicional y por una editorial que se precie de
serlo. Este absurdo pensamiento se ha trasladado también a muchos lectores,
aunque afortunadamente las redes sociales e Internet están consiguiendo, poco a
poco y con mucho esfuerzo, erradicar este tipo de discriminaciones basadas en
prejuicios de grandes editoriales que buscan el monopolio de la Cultura únicamente
para su lucro personal.
Otro buen ejemplo de discriminación
que sufrimos los escritores son los relacionados con nuestra profesión. Cuantas
veces no nos hemos encontrado con esas personas que al decirles que somos
escritores nos tildan de vagos y nos piden que nos busquemos “un trabajo de
verdad”. O aquellas que piensan que la Cultura debería ser gratis y que por
tanto los autores nos vemos en la obligación de escribir para cubrir sus
necesidades ya que escribir es “cosa de vagos o de ricos aburridos”. En cuantas
ocasiones nos vemos en la necesidad de defender nuestros derechos como
profesionales que somos y a que se nos remunere con justicia como a cualquier
otro profesional de otra profesión. Y en cuantas ocasiones no nos hemos visto
indefensos ante las tropelías relacionadas con la piratería, el abuso de las
grandes editoriales, las malas competencias o la absoluta desidia por parte de
las instituciones en la lucha por los derechos de los autores, no pidiendo más
que se nos pague por nuestro trabajo y se nos defienda como al resto de
profesionales de otros sectores.
En fin, podría así seguir con muchos
ejemplos más, pero baste con los aquí expuestos para darse cuenta de que las
discriminaciones existen, pero no son precisamente por cuestiones de machismo o
sexo, sino de otra índole aún peores que, desgraciadamente, no parece que
importen a mucha gente.
Reflexiones
finales
Puede que me busque problemas por
esta entrada. Puede, pero me da igual. Puede que pierda lectores, me ha dicho
un amigo, pero si un lector decide dejar de leer mis obras porque no comparte
lo expuesto aquí, entonces no puedo más que decirle a dicho lector hasta nunca.
Creo que los hombres y las mujeres están igual de capacitados para escribir
historias, pero que los hombres tendemos a escribir sobre ciertos temas y las
mujeres sobre otros sin que haya ningún tipo de discriminación en esa, por otra
parte, libre elección. No creo que haya discriminación en el mundo actual de la
literatura española, ni machismo, y sí una gran aportación cada vez más al
mundo de la Literatura de mujeres escritoras. Que hay más hombres escritores
que mujeres es un hecho evidente, pero hay que tener en cuenta que durante
siglos los que han escrito no han sido más que en su casi totalidad hombres.
Pero como no me he cansado de repetir a lo largo de esta entrada estamos
hablando del ahora, y el ahora es que hay tanto autores como autoras y, según
el informe del Registro Nacional de Autores Españoles, para 2017 ya había más
mujeres escritoras (al menos que hayan publicado) que hombres. Recordemos que
en la década de los 80 hubo un auge de mujeres escritoras que llegaron a
eclipsar a los hombres escritores, siendo así que en la listas de libros más vendidos
y mejor valorados la inmensa mayoría fueron escritos por mujeres.
Otros aducen que las mujeres no son
reconocidas en los grandes eventos sociales ni premiadas por las grandes
editoriales, pero esto tampoco es cierto. Que antes fuera así no se puede
negar, pero desde hace muchos años ya no se mira que el premiado sea hombre o
mujer, sino que se tiende a premiar su excelencia como autor. De igual forma
que se reconoce el talento de un hombre, se reconoce el de una mujer. Y no hay
más que ver los últimos libros premiados para darse cuenta que abundan más los
nombres femeninos que los masculinos. Y si vamos a los libros más vendidos,
también encontraremos a muchas mujeres escritoras.
No existe una literatura femenina ni
masculina, sino Universal, y da lo mismo leer una obra escrita por un hombre
que por una mujer. No hay que mirar quien lo escribe, sino si la historia está
bien escrita y si te atrae. Por lo mismo, no creo para nada en la paridad. El
sexo no debe prevalecer a la hora de publicar una novela, sino la calidad de lo
escrito es lo que debe dictar su publicación. Ya seas hombre o mujer no busques
privilegios por tu sexo o condición social, sino que trabaja y crea historias
asombrosas con calidad que hagan posible su publicación. Y si publicas de forma
independiente, entonces gánate a los lectores por tu buen hacer en contar
historias. Siguiendo esta lógica, no se debe premiar a una mujer escritora por
el simple hecho de ser mujer, pues las injusticias no se solucionan cometiendo
otras injusticias. Si quieres ser premiado, o premiada, gánatelo con tu
esfuerzo y trabajo.
Que hay tontos que todavía piensan
que las mujeres no sirven para escribir o que lo que escriben las mujeres solo
es para mujeres es un hecho cierto. Pero también es cierto que las sociedades
avanzan y que los tiempos están cambiando y que estos patrones de conducta y
pensamiento están siendo combatidos. Pero de ningún modo se puede generalizar y
asegurar que el actual panorama literario es machista ni que existe un
patriarcado que impide a las mujeres escribir. Bueno, como he dicho antes, sí
existe ese patriarcado: está en los países islámicos, pero poco se dice al
respecto.
A vosotros os digo, compañeros
autores, seáis hombres o mujeres, muy dura y sacrificada es la profesión que
hemos escogido, tapizado todo su camino por obstáculos y piedras en forma de
menosprecios, abusos, desconsideraciones y por una absoluta falta de respeto
hacia lo que hemos escogido ser, hacia lo que amamos con toda nuestra fuerza.
Mi experiencia me dice que da igual ser hombre o mujer, el escritor tiene por
delante una tarea titánica repleta de desafíos que puede superar si dedica
esfuerzo, trabajo, calidad y tesón en su tarea. No pienses que eres menos por
ser mujer, pero tampoco eres más. Será tu trabajo y tus historias las que
decidan si realmente vales como autor o autora. Pero si buscas atajos y que se
te premie simplemente por tu sexo, entonces no eres más que un tramposo que se
ha convertido precisamente en aquello contra lo que supuestamente estas combatiendo.
No desfallezcas, no te rindas,
escribe y lucha por tus metas. Y recuerda, si encuentras algún caso de
discriminación, denúncialo, no te calles, lucha por tus derechos, pero piensa
también que posees obligaciones.
Y, ante todo, que te respeten por tu
profesión.
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