LA FASCINANTE
VIDA DE MILLONARIO DE UN ESCRITOR
Desde ya hace bastante tiempo me he ido
encontrando que se me ha planteado una pregunta a través de mis amigos,
compañeros autores o simplemente seguidores y lectores del blog que es siempre
la misma: ¿cómo es posible que el autor gane tan poco dinero cuando publica si
es que logra ganar algo? A esta pregunta le suele seguir la siguiente: ¿quién o
quiénes son los responsables de que los escritores ganen tan poco?, y para
terminar tenemos esta: ¿se puede hacer algo al respecto?
Bien, esta entrada se encamina a
intentar dar respuestas a dichas preguntas, aunque aviso con antelación que
posiblemente las respuestas no te vayan a gustar, amable lector o compañero
escritor. También hay que tener en cuenta que las respuestas van a ser muy
simplificadas, pues estos son temas muy complejos que no vienen de ahora, sino
que vienen arrastrándose desde hace muchos años, décadas, y que lejos de tener
planteamientos o soluciones sencillas son bastante complicados en todos los
aspectos. Pero aclarado esto, voy a intentar dar tanto mi opinión al respecto
como a dar cabida explicación de lo que sucede.
Como siempre digo en estos casos,
voy a hablar de lo que conozco: el mercado español. Aunque sé cómo funciona el
mercado anglosajón, el estadounidense o el franco-belga, incluso el
latinoamericano, principalmente voy a hablar del mercado literario español que
además suele influir mucho (a veces para bien, a veces para mal) en el mercado
literario latinoamericano.
Que posibles
beneficios puede obtener un escritor publicando en España
Vamos a comenzar por aquí. Pongamos
que consigues que una editorial española de tipo medio se interese por uno de
tus libros y decida publicarlo en los dos formatos imperantes, el libro de
papel y el electrónico. Puesto que ya he explicado en otras entradas el asunto
de los contratos, derechos y responsabilidades de autores y editores, vamos a
centrarnos en el tema de la entrada: el dinero para el escritor. Si eres un
autor poco conocido, y aunque lo seas te va a dar igual, los beneficios que
obtienes por la venta de tus libros son de un 8% en la inmensa mayoría de los
casos, que puede aumentar a un 10% si vendes bien, llevas un tiempo en la
editorial y puedes negociar con el editor. A veces ocurre de autores que ganan
un 12 ó hasta un 15% de las ventas, pero esto ya es raro y es porque los
autores son bien conocidos y generan grandes volúmenes de ventas. Lo normal es
un 8 ó un 10% en caso excepcional.
Es decir, pongamos que publican tu
libro y lo ponen a la venta con un precio para el público, con impuestos
incluidos, de 20 euros. Tus beneficios por la venta son de 1,70 ó 2 euros
dependiendo del tanto por ciento. Aquí ya el autor es cuando pone el primer
gesto de sorpresa y desilusión. ¿Tus beneficios por vender un libro son de 2
euros? ¿A dónde van a parar los 18 restantes? Siguiendo con el ejemplo, si eres
un autor novel o desconocido lo más normal es que la editorial no confíe
demasiado en tus posibilidades comerciales, al menos de momento, con lo que la
tirada de ejemplares de tu novela será de entre 500 y 1.000 ejemplares, y ya
estamos siendo generosos y hablando de una editorial de importancia media.
Vamos a imaginar que la tirada es de
mil ejemplares y que los vendes todos. Eso supone que para el autor queda un
beneficio de 2.000 euros si tienes un 10% de beneficios por venta. Vaya, ahora
la cosa cambia, ¿verdad? Dos mil euros ya es una cantidad algo más interesante.
Pero el problema es que esos mil ejemplares no los vas a vender en un mes, sino
que será a lo largo de los meses cuando se irán vendiendo, si es que se venden,
y que tampoco se te dará el dinero al momento, sino en un plazo de seis meses
desde la puesta en venta de la novela. Siguiendo con la historia, digamos que
has tenido relativo éxito y has vendido todos los ejemplares en seis meses y te
van a dar los dos mil euros. Esto significa que has conseguido 333 euros
mensuales por la venta de los mil ejemplares de tu novela.
Pero he sido demasiado generoso.
Desde ya te digo que el 99,9% de los autores noveles o desconocidos no venden
mil ejemplares de su primera novela (o segunda, o tercera novela) en menos de
un año o más bien nunca. Y que las editoriales no suelen arriesgar tanto (y
mucho menos dar oportunidades) con escritores desconocidos. Lo corriente es una
tirada de entre 200 y 500 ejemplares y un 8% de beneficio para el autor. ¿Dónde
está ese supuesto beneficio entonces? En ninguna parte. Si tenemos en cuenta lo
difícil que es poder publicar en España fuera del circuito de las grandes
editoriales y el generar grandes ventas, entonces nos damos cuenta que el
escritor apenas gana dinero con sus obras. Y se dan innumerables casos de editoriales
que no pagan a los escritores noveles al considerar que ya les están “pagando”
simplemente con publicar su libro.
La cosa se complica cuando el autor
encima ha tenido que realizar gastos para escribir su novela. Por ejemplo, al
comprar libros de Historia para aprender y documentarse a la hora de escribir
su relato histórico. Como fue en mi caso, que para escribir la trilogía de
“Crónicas de un conquistador” invertí algo más de quinientos euros en libros de
estudio.
Frustración,
desilusión, impotencia
Imagina a un autor que durante
largos meses ha estado trabajando duramente en su novela, quitándose horas de
sueño, de ocio y de estar con la familia. Como es normal que tenga que trabajar
en otra cosa para poder pagar facturas y comprar garbanzos para el rancho,
encima tendrá que compaginar trabajo con escribir, y los escritores sabemos lo
difícil que resulta escribir cuando se tiene la mente y el cuerpo agotados por
el trabajo.
Inviertes dinero en tu obra, cuando
la terminas tienes que registrarla, lo que hace gastar más dinero. Luego la
mueves por editoriales, que en ocasiones te piden les envíes una copia de la
novela por correo a sus oficinas, lo que significa más gastos. Durante mucho
tiempo, puede que años, penas por diferentes editoriales en constantes intentos
de que te publiquen la novela y cuando lo consigues (que lo normal es que no)
te encuentras con unas condiciones económicas lamentables que te hacen
preguntar si ha merecido la pena tanto esfuerzo, sacrificio y sudor.
Y hay que tener en cuenta esto. Si,
como en el ejemplo anterior, vendes tus mil ejemplares y sacas unos trescientos
euros mensuales ya eres afortunado, porque este dinero vendrá condicionado por
las ventas. Porque si no vendes, no cobras. Si vendes tus mil ejemplares a lo largo
de dos o tres años el editor pensará que no tienes gancho comercial y no habrá
segunda edición, con lo que no cobras. Y si tus ventas se paran en doscientos
ejemplares y los otros ochocientos acumulan polvo por años (o por meses, porque
en la actualidad se considera “vieja” a una novela escrita un año atrás) al
final se saldarán a precios irrisorios y prácticamente cobrarás nada por su
venta en saldo. Y este panorama desolador que he te planteado, lector, es el que
te vas a encontrar por norma general dentro del mundo de las editoriales y la
venta de libros en España.
¿Cómo es posible entonces que
existan escritores que se ganen la vida con sus obras? Existir, existen, pero
son más pocos de los que imaginas. Incluso muchos escritores de reconocimiento
mundial no ganan dinero a través de sus obras, sino por otras vías, bien por su
trabajo o por otros ingresos que pueden estar vinculados a sus novelas (un
ejemplo son los beneficios que puede dar rodar una película o serie de
televisión basada en una novela). Además, los escritores famosos que generan
muchas ventas tienen unas condiciones que no tienen los demás escritores, tales
como conseguir un 15 ó hasta un 20% por las ventas o que se les pague tanta
cantidad para que escriban una novela en exclusividad para la editorial, o que
se les ofrezca un contrato de exclusividad para trabajar en una editorial a
cambio de una remuneración fija mensual durante el tiempo que dure el contrato.
Pero, como digo, estos casos son extremadamente raros en España.
Realmente la situación descrita es
muy deprimente y la lógica pregunta que nos viene a la mente es: ¿por qué el
autor gana tan poco dinero cuando es la parte más importante dentro del proceso
que es publicar una novela y ponerla a la venta? Está claro que si el escritor
no escribe no hay novela, y por tanto las editoriales se hundirían arruinadas y
los lectores tendrían que conformarse con leer las recetas de los medicamentos.
Siendo entonces el escritor el pilar sobre el que asienta el mundo literario,
se nos antoja totalmente injusto que su importancia, trabajo y sacrificio no
sea remunerado de forma adecuada.
¿Por qué sucede
esto?
Aquí vamos al meollo de la cuestión.
Sigamos con el ejemplo. La editorial decide publicar tu novela, mil ejemplares
de tirada. En España se da una circunstancia que es que primero se saca la
novela en formato de “lujo” (tamaño grande, papel de calidad, mejor impresión,
portada de cartón duro con relieves, guardas…) y a un precio caro y si tiene
éxito más adelante se saca en formato de bolsillo (tamaño pequeño, letra
pequeña, papel de menor calidad, tapa blanda…) a un precio más reducido. La
media de los libros de “lujo” son de 24 euros, mientras que los de bolsillo 10
euros; bastante caros, por cierto.
La editorial decide tirar la casa
por la ventana y saca tu novela en un formato “atractivo”. Bien, los costes de
imprimir un libro con, pongamos cuatrocientas páginas y tapas duras normales
son de 6 a 8 euros por ejemplar. A medida que las tiradas son más bajas el
precio se encarece, y si en vez de imprimir mil ejemplares se imprime cinco mil
entonces esos seis euros se pueden convertir en cuatro. Por supuesto, poner
letras doradas o de relieve en la portada, lomo redondeado y cosido en vez de
pegado y demás cosas encarece el producto, pero el libro será de tamaño grande
y tapas duras. Al ser una tirada de mil ejemplares bien puede costar seis euros
el ejemplar. ¿Y por qué cuesta tanto imprimir un libro?
Entran muchos factores: la tinta es
cara, el papel también. Hay que pagar a los trabajadores de la imprenta, los
gastos ocasionados de luz y electricidad por tener a las máquinas trabajando y
otros factores. Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que las imprentas,
como negocios, se ven acosadas por los impuestos que desde ayuntamientos, la
Comunidad donde estén ubicadas y el Estado se les impone, que son muchos. Para
poder competir, las imprentas se han visto obligadas a reducir precios y
condiciones. Antes no imprimían nada que no fuera como mínimo cien ejemplares.
Ahora te imprimen un solo libro si hace falta. Y se ven obligados a bajar los
costes de impresión, claro que con sus sacrificios, como despedir a
trabajadores, reducir los sueldos y beneficios o marchar con el negocio a otro
terruño; a China, por ejemplo, donde en muchos casos el sueldo de los
trabajadores es darles de comer una vez al día.
Ya tenemos seis euros de gastos de
impresión más dos euros que se da al escritor nos hacen ocho. ¿Y los doce
restantes? Pasemos a la editorial. Como es de recibo, la editorial también
tiene sus gastos: maquetadores, correctores, agentes comerciales, el mismo
editor, electricidad y sobre todo impuestos que desde ayuntamientos, la
Comunidad donde esté ubicada la editorial y el Estado no hacen más que lastrar
la productividad de la editorial. Y a todo esto, le añadimos el 21% de IVA que
en el caso de la literatura no solamente encarece más el precio del libro sino
que además impide que la editorial obtenga mayores beneficios. Pero aquí no
acaba la cosa, porque también hay que pagar al librero o a la superficie
comercial que ponga a la venta tu libro. De los doce euros que le quedan a la
editorial de ahí hay que sacar un tanto por ciento que el librero debe cobrar
por poner a la venta tu obra.
Todo esto no es más que un círculo
vicioso donde comprobamos que a pesar de lo enormemente caro que son los libros
en España, editoriales, autores y libreros apenas logran sacar unos paupérrimos
beneficios y eso si los consiguen sacar. De esta forma, se pueden explicar
muchas cosas, entre ellas que las editoriales no quieran correr riesgos y no se
decidan a dar oportunidades a autores noveles o desconocidos en el panorama
literario. Lo más normal es que un autor novel apenas logre vender unos pocos
centenares de ejemplares de su novela, y con algo de suerte, con lo que la
editorial ha perdido dinero. Es mucho más fácil y menos arriesgado publicar la
obra de un gran autor, un número uno en ventas, que te va a generar beneficios
desde el primer momento. Esto ha llevado a que las grandes editoriales se
enroquen en esta política y hayan cerrado las puertas a autores que no sean top
en las listas de ventas. Es una decisión acertada a corto plazo pero la ruina a
medio y largo como en la actualidad se está demostrando, pues incluso los
autores top dejan de serlo cada cierto tiempo e incluso ya no generan tantos
beneficios. Se suman otras políticas erradas y caducas de las editoriales y el
afán de monopolio que tienen para que los autores se vean arrastrados a una
espiral donde no pueden publicar y cuando lo hacen apenas consigan dinero por
ello. No voy a detenerme más en este tema pues de esto he hablado más
extensamente en otras entradas.
¿Quién o quiénes
son los culpables?
Como se ha podido comprobar,
imprentas, editoriales y libreros tienen que hacer frente a unos gastos
desmesurados que vienen sobre todo por parte de los impuestos que un Estado
opresivo, rapaz, voraz y sumamente antidemocrático en cuanto a la libertad
económica y de hacer negocios se trata que parasita a los empresarios y a las PYMES
en un intento desesperado de seguir manteniendo el reino de las diecisiete
taifas. Como se puede desprender de numerosos informes, especialmente el de
infoautonomos.es, la carga fiscal que soportan los autónomos y empresarios españoles
es de un 49%, superando la media europea un 8,7%. Según el estudio de Sage en
2017(empresas de soluciones contables), las PYMES deben emplear un 40% de sus
beneficios para pagar impuestos.
¿Es de extrañar entonces que los
autores, la parte más vulnerable del mercado literario, apenas consigan ganar
dinero con sus obras aún teniendo ventas aceptables? No son los editores
culpables (aunque existan excepciones sobre todo por parte de las grandes
editoriales) de la situación, ni los libreros, ni los intermediarios, sino la
excesiva carga tributaria y burocrática que sobre el mundo de la literatura
existe. Tampoco podemos achacar este problema a la piratería o descarga de
libros de forma ilegal por Internet. El libro electrónico sigue sin poder
imponerse al libro tradicional y las ventas en España por Internet de libros
electrónicos apenas alcanza el 15% del volumen de ventas total.
Aunque es verdad que existen
editores que se aprovechan de los autores y les pagan autenticas miserias, son
una minoría. Si bien las grandes editoriales llevan unas políticas literarias
erradas que no favorecen en nada a los autores más que a los suyos que trabajan
en exclusiva para ellos, tampoco son los culpables por entero. Hay que
reflexionar bien sobre esto y que cada cual saque sus propias conclusiones,
pero si de un libro que tienes que sacar a la venta por veinte euros ya tienes
que estar restando un 40% en impuestos ya podemos entender el porqué a los
editores y libreros les cuesta conseguir beneficios y que los autores apenas
ganen dinero con sus obras a no ser que se conviertan en autenticas máquinas de
ventas.
¿Cuáles son las
soluciones?
No es la intención de esta entrada
encontrar soluciones, pues también tengo otras entradas donde hablo de esto,
pero puedo decir que las soluciones no son fáciles, aunque todas pasan por dos
caminos que considero son imprescindibles de seguir: la reducción de impuestos
y la eliminación de carga fiscal a las empresas y PYMES, y el cambio de
concepto de autor que se tiene en España.
El cambio de concepto de autor es
algo muy importante y podemos mirar como ejemplo lo que es un autor en los
países anglosajones o en Estados Unidos. Allí los autores deben contar con la
figura de un agente literario si quieren publicar, y esto, lejos de ser una
carga, es una ayuda valiosa cuanto que el agente no cobra sus honorarios hasta
que la novela de su cliente ha encontrado una editorial que la compre y
publique. En España es lo contrario. Si decides contratar los servicios de un
agente literario debes pagar una mensualidad (que es carísima) publiques o no
publiques. Es decir, si tu agente tarda doce meses en colocarte la novela, son
doce meses de pagos. En los países anglosajones o en Estados Unidos la
editorial debe pagar antes una suma de dinero acordada con el agente al autor
para comprar los derechos de publicación de la obra. Aparte de este pago que
puede variar según la editorial, importancia del autor o calidad de la novela
(un pago que tiene unos mínimos), la editorial debe pagar un porcentaje de
beneficio al autor por ventas. Como he explicado a lo largo de la entrada, en
España no hay ese pago inicial y los porcentajes de beneficios son más bien
bajos y en ocasiones hasta inexistentes. Además de todo esto, existen
sindicatos de autores, abogados especializados y leyes que defienden al autor y
sus derechos, que velan porque sus intereses sean respetados y las condiciones
del contrato cumplidas. Aunque en España también existen estas medidas de
protección al autor, el problema es que en su mayoría no son aplicables debido
a la lentitud de la Justicia, a la excesiva burocracia o al hecho de que son
tantas las trabas que se ponen a los autores que prácticamente estos se
encuentran indefensos cuando se topan con problemas. Si quieres defender tus
derechos te ves obligado a contratar abogados por tu cuenta o a unirte a
asociaciones de editores y autores.
Como se puede comprobar, las formas
de publicar y de ganar dinero con tus novelas son muy diferentes dependiendo
del país donde se publique. Lo que está claro es que los escritores no consiguen
vivir de lo que escriben, con lo que la idea que está arraigada en el común de
los españoles de que “los escritores son gente que gana dinero por no hacer
nada” es errónea y estúpida. Conociendo esto, tal vez comprenderás cuando un
autor te dice aquello de “no escribo por dinero, sino por otros motivos”, y
esto es porque el autor sabe muy bien que conseguir beneficios con sus obras no
está a su alcance incluso aunque consiga publicar con una editorial.
¿Se puede ganar
dinero publicando de forma independiente?
He dejado para lo último una nueva
tendencia que de cinco años para acá ha ido consiguiendo más adeptos: publicar
de por libre. Gracias a Internet y a plataformas tipo Amazon o Lulú, los
autores que no consiguen publicar de forma tradicional con editoriales
tradicionales encuentran la manera de que sus obras vean la luz publicando a
través de Internet, bien sea en el formato libro electrónico o formato papel
mediante ventas según pedidos.
Se podría pensar que eliminando a
las editoriales y a todos los intermediarios, los precios de las obras se
abaratan y el autor puede optar a un porcentaje mayor de beneficios. Esto es
así en los libros electrónicos, pero no en los libros de papel que se venden
según demanda por Internet. Con todo, las ventas de libros electrónicos no
alcanzan los volúmenes de los libros en papel. Y si eres un autor novel y
deseas competir con las grandes editoriales y los autores de renombre, debes
poner tus obras a precios competitivos y llamativos, con lo que tus porcentajes
de beneficios bajan. Es decir, te pongo de ejemplo mis novelas electrónicas.
Para poder vender y competir tengo mis obras a 2,99 euros. De aquí me llevo un
70% de beneficio, lo que significa aproximadamente 1,60 euros de beneficio por
venta. Todo un sueldazo, oigan…
Claro que se puede ganar dinero
publicando de forma independiente, pero si pegas el pelotazo en ventas; si no
es así, puedes olvidarlo.
No es mi intención desanimar a los
futuros escritores o a los autores que están intentando medrar en este difícil
mundo, sino dejar muy claro los problemas a los que se van a enfrentar, y que
si la meta es hacerse rico escribiendo entonces te has equivocado de profesión.
Si te preguntas por qué un escritor gana tan poco y a donde va a parar el
dinero de las ventas de tus libros ya te he contestado. Ningún profesional te
va a contar nada de esto al respecto a no ser que tenga tu confianza, pero es
así. Soy escritor, pero también fui editor literario y socio de una editorial
por años. Sé de lo que hablo y la experiencia ganada decido compartirla como
forma de ayuda a mis compañeros autores.
Si lo tuyo es escribir hazlo, pero
no lo hagas por dinero. Si el dinero viene, estupendo, pero no cuentes con
ello.
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