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lunes, 11 de enero de 2016

CRÓNICAS DE UN FRIKI XIV


CRÓNICAS DE UN FRIKI XIV

LOS PLAYMOBIL (o click); tercera parte.
De jugar con ellos a coleccionarlos.


            Llega un momento en la vida que uno pasa de niño a ser otra cosa, y es una verdadera lástima, porque en realidad no debería ser así. Aunque nuestro cuerpo crezca y la mente madure, aunque la Vida la veamos desde otra perspectiva, no deberíamos nunca dejar morir al niño de nuestro interior. A los adultos se nos olvida, casi siempre, que hemos sido niños y que esa parte de nuestra existencia no se borra, siempre está ahí. Otra cosa es que no la hagamos caso.
            Digo esto porque un coleccionista lo es por varios motivos, y en muchas ocasiones uno de ellos suele ser que lo que colecciona le despierta gratos recuerdos y le trae una suave nostalgia y melancolía del pasado que le hace sentir bien. Esos recuerdos suelen provenir de la infancia, cuando el mundo era más sencillo y luminoso, no porque los niños sean más sencillos que los adultos, sino porque son puros de mente, aún no se encuentran intoxicados por la mentira, la hipocresía, la cobardía y el cinismo que rodea el mundo de los adultos. En buena medida eso me ocurre a mí cada vez que compró o adquiero un Playmobil que formó parte de mi infancia. O cuando los estoy colocando para formar un diorama o simplemente cuando los miró o guardó en sus cajas. Y es que si bien dejé de jugar con ellos, nunca los abandoné, sino que ahora los colecciono.

Coleccionista de Playmobil

            Cuando salió a la venta la tercera renovación de la colección del Oeste de los clicks, allá por los 90 del siglo pasado, ya tenía una edad que, según los baremos actuales, no era la adecuada para andar jugando. Pero los Playmobil ya formaban parte de mi vida y no quería que salieran de ella. Es por eso que el siguiente paso a dar fuera el coleccionarlos. La tercera generación del Oeste era, quizás, la más bonita en cuanto a aspecto estético, pero no la más completa aunque pueda parecerlo viendo el catalogo que poseía. La colección de los 70 era mucho más completa y con mayor número de referencias. Lo que pasa es que, como he comentado en las otras entradas, en España no se puso a la venta toda la colección del Oeste, faltando muchas referencias que hoy en día a los coleccionistas nos vuelven locos pues son muy difíciles de encontrar. La colección de los 90 lo que traía era una novedad que impactó mucho en los coleccionistas: diferentes tipos de indios y los soldados de la Confederación.

            Antes los indios eran siempre iguales, pero en la nueva colección se podían distinguir claramente a los apaches de los otros, que bien podían ser comanches, navajos o sioux, vaya usted a saber, pero en todo caso, eran dos tipos de indios. En cuanto a los confederados, era un viejo anhelo por parte de los coleccionistas. También salieron varias referencias de diferentes tipos de carros, un nuevo modelo de salón (más grande y espectacular) y una nueva cárcel para el sheriff. Al igual que ocurrió en los años 80, la colección de los 80 convivió durante un tiempo con la de los 90 hasta que, finalmente, a medida que se fueron agotando las cajas quedaron únicamente las nuevas referencias.
            A mi me vino bien tal cosa, pues me dio tiempo a seguir comprando las cajas de los 80, aunque alguna que otra se me escapara. Pero con el paso de los años logré conseguir todas. De la colección de los 90, en el momento en que escribo esta entrada, me siguen faltando unas cuantas referencias, no muchas, pero son las más caras.

Ampliando la colección

            Cuando llegó el nuevo siglo, inexplicablemente, Playmobil dejó de sacar colecciones del Oeste o incluso novedades, y durante muchos años no se volvió a sacar más a la venta. No fue hasta 2013 que de nuevo surgió una nueva colección, con el cambio de estética en los clicks que les ha convertido en otra “cosa diferente”; esto ya lo explicaré en la siguiente entrada. Pero a los coleccionistas de mi quinta lo que nos atrae son las colecciones antiguas. Algunos únicamente coleccionan la de los 70, otros la de los 80… En fin, cada uno según sus gustos, manías o sentimientos. En mi caso, me hago la de los 70 porque fueron los clicks de mi niñez, la de los 80 porque fueron los de mi adolescencia y la de los 90 porque me convertí en coleccionista. La de 2013 ya no me llama la atención. Mis esfuerzos como coleccionista se centran en esas tres colecciones y en sus referencias, con la salvedad que ahora reseñaré. Como dato, decir que mi favorita es la colección de los 70.
            Dado que durante mucho tiempo Playmobil no sacaba nuevas referencias del Oeste, uno sentía la imperiosa necesidad de comprar playmobil para ampliar la colección. Y mi atención se vio centrada en una colección que se llamaba Special Playmobil. Eran cajas individuales, donde entraba un click con varios accesorios. Al principio no existía cierta regularidad en la venta de estas cajas, y el número de ellas que se ponían a la venta cada año variaba, hasta que finalmente la colección se centró y se sacaron doce referencias anuales divididas en dos lanzamientos de seis referencias cada uno, en primavera y en otoño. Si me fijé en esa colección fue porque cada caja era diferente, y entraban playmobil que nunca tuvieron una colección, por ejemplo una princesa egipcia o un soldado romano (que años más tarde sí tuvieron colección), o un guerrero de fantasía, o templarios, o bañistas… Vamos, que era una colección donde entraba de todo y, por supuesto, también clicks del Oeste. Indios y vaqueros, y así comencé a comprar las cajas, primero las del Oeste, y después todas las que iban saliendo porque me parecía curiosa la colección. 

            Lo mejor de esta serie es que te daba la oportunidad de ampliar tu colección. Por ejemplo, sacaron a la venta un soldado de la Unión y otro de la Confederación, con lo que comprando diez o quince de cada, cambiando pelucas y añadiendo o quitando accesorios te hacías con un destacamento. O varios indios, o varios vaqueros. También entraron bandidos que eran bastantes chulos. Cada caja era como un pequeño mundo y el precio era bastante asequible. Tuve la suerte de comenzar a hacer esa colección desde el principio, con lo que tengo todas las referencias que salieron en España (pero no todas en general, pues en cada país hubo referencias en exclusiva) y soy de los pocos, poquísimos, en tenerla completa.
 
Llegan los romanos

            Mientras ampliaba mi colección del Oeste gracias a Special Playmobil y seguía rastreando tiendas en busca de referencias antiguas del Oeste, una nueva serie vio la luz. Una colección que enlazaba con otra de mis pasiones: la Historia y la Historia de la Antigua Roma. En 2003 Playmobil ponía a la venta la tirada de los romanos, con referencias espectaculares como el circo romano, un trirreme, legionarios, torres de asedio, cuadriga, gladiadores, emperadores, etc. Obviamente, intenté resistir a la tentación, y tras cinco segundos de enconada lucha cedí al lado oscuro de la Fuerza y marché corriendo a las jugueterías en busca de todas las referencias que existieran. Me hice con todas y puedo decir que tengo la colección completa. No solamente eso, sino que además conseguí referencias de otros países que en España nunca se pusieron a la venta. Y gracias a Special Playmobil amplié la colección con guardias pretorianos, bárbaros o ciudadanos romanos. Con la mezcla de vikingos, medievales y celtas creé un ejército de bárbaros, y con la nueva serie de Egipto que salió al año siguiente las posibilidades aumentaron. Pero todo se fue al traste porque a pesar que fue todo un éxito la colección de Roma, Playmobil no volvió a sacar nuevas referencias ni a mejorar las que ya había; simplemente no hubo más. Quizás cuando pasen unos años veamos otra tirada de romanos.

            La cuestión es que coleccionando tanto los romanos como las cajas de Special Playmobil dejé de lado la del Oeste. No porque me olvidara de ella, sino porque estaba en un punto muerto. No me era posible encontrar referencias en las tiendas ni en las fábricas de Playmobil, ya que todo estaba descatalogado. Tampoco existían tiendas especializadas en Playmobil como sí ocurre en otros países, y aunque en Madrid ya tenía controladas a un par de tiendas de juguetes antiguos, su catálogo no era muy amplio y no poseían lo que buscaba. Estas tiendas terminaron por cerrar, una lástima.
            Cuando parecía que me tendría que contentar con lo que tenía y que encontrar referencias antiguas del Oeste era tarea imposible, sucedieron dos cosas que impulsaron mis posibilidades de poder completar mi colección. Una fue el descubrimiento de las ferias de Playmobil y el mundo de los coleccionistas-profesionales-vendedores de clicks, y la otra Internet y la compra venta de todo.

En el Walhalla

            Un día, mientras comía, ojeando las noticias de la tele en la sección de curiosidades, se anunció que en Madrid, en la Casa de Campo, durante un fin de semana se celebraría una feria-exposición de Playmobil. No era la primera vez que se hacía algo así. En Madrid era una cosa muy común que aficionados montaran exposiciones y dioramas, pero aquello no me interesaba mucho. Pero lo que me hizo agudizar las orejas fue escuchar la palabra “mercadillo”. ¿Cómo? ¿Qué era aquello? En la televisión no explicaron mucho más, pero encontré en un periódico local la noticia más ampliada. Se trataba tanto de una exposición como de una feria donde se vendería material playmobil en forma de piezas sueltas, cajas completas e incluso referencias antiguas. ¡Crom, Macha y Nemain! ¡Eso era lo que necesitaba! Un lugar donde poder comprar las referencias que me faltaban y además piezas sueltas para completar las referencias en las que me faltaban accesorios.

            Tampoco era la primera vez que una feria de este tipo se celebraba en Madrid. Al parecer era cada uno o dos años, en primavera, y ya llevaban unas pocas, pero como era una cosa marginal (al principio), no llamaba mucho la atención. Pero cada vez que se celebra el evento las exposiciones eran más espectaculares y la gente acudía en gran número. No solamente coleccionistas, sino también curiosos y familias enteras. Y eso sí terminó por llamar la atención de los medios de comunicación, y de esa forma me enteré y pude ir a la exposición de la Casa de Campo.
           Fue como entrar en el paraíso. Era una gran nave industrial plagada de stands donde los dioramas eran de todo tipo: medievales, del Oeste, de romanos, Verano Azul, incluso procesiones de Semana Santa o legionarios españoles desfilando. Vamos, una gozada. Y si eso era bueno, mejor eran los puestos donde se vendía de todo. Piezas sueltas, de todo tipo y de todos los tiempos, o playmobil completos en bolsas, cajas o al peso incluso. Cajas modernas, antiguas e incluso playmobil customizados (o sea, cambiados y manipulados para crear figuras que no existen en los catálogos oficiales), pudiéndote encontrar a Don Quijote y Sancho Panza en playmobil, o a Gandalf entre otros. Era una locura, no tenía ojos suficientes para mirar ni manos para coger, y mucho menos dinero para comprar todo lo que quería. Como fue la primera vez, pagué la novatada de no saber exactamente qué era lo que quería y como buscarlo de forma más optima y, sobre todo, más barata. Aún así, fue alucinante. Pude comprar montones de piezas, legionarios romanos para ampliar mi ejército y aunque no pude encontrar referencias antiguas del Oeste al menos pude completar algunas de las que ya tenía.
            Desde entonces he acudido a otras ferias, y ya he sabido comprar de forma más ordenada y concisa. El problema es que organizar este tipo de eventos no es fácil y los organizadores lo celebran ahora cada año en una ciudad diferente. Ya hace varios años que no se celebra en Madrid y espero con verdaderas ganas la siguiente feria. Hay que tener en cuenta que viene gente de toda Europa a vender y exponer sus playmobil en estas ferias. Son todo un punto de encuentro para coleccionistas, vendedores y aficionados.
            La otra cuestión que me ha hecho avanzar en mi faceta como coleccionista ha sido Internet. La red de redes ha posibilitado el contacto entre aficionados, compradores y vendedores y ha traspasado fronteras. No tienes porque comprar únicamente en España, desde Alemania me han enviado a casa referencias antiguas de Playmobil que me faltaban y a buen precio. Si bien siempre hay especuladores que abusan con los precios, es tanta la oferta en Internet que si se tiene paciencia siempre se puede encontrar a mejor precio. Pero lo mejor es que conoces gente con tus mismas aficiones y vendedores que te encuentran lo que buscas. Así me he formado un círculo de confianza de gente que me vende piezas o me busca lo que me interesa, mientras a mi vez voy consiguiendo a otros coleccionistas lo que andan buscando.
            Ya voy llegando al final de esta entrada y dejaremos para la siguiente, que será la última en el tema de los playmobil, el explicar porque dejé de coleccionar clicks modernos para centrarme en los antiguos, el cierre de la colección Special Playmobil y el cambio en la política mercantil de Playmobil que ha hecho que muchos coleccionistas dejen de comprar sus productos. Todo cambia, a veces para mejor, pero aunque así sea no tienes porque aceptarlo si crees que no te conviene.
            Nos vemos en la próxima entrada de mis Crónicas de un Friki. Hasta pronto.
            Continuará…


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Son mi iniciación en el mundo del Warhammer 40.000 y digamos una continuación de Crónicas de un Friki a partir del cierre de la tienda.