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lunes, 23 de enero de 2012

AVANCE DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO


Hartman, Erich fue el campeón de todos los ases, sobreviviendo a la Guerra sin un rasguño pese a ser derribado en varias ocasiones. Era considerado una persona rara y extravagante por sus compañeros. No quería ni aceptaba ascender en la escalera de mando, porque eso le permitía seguir aumentando su número de derribos. Nació el 19 de abril de 1921 en Weissach, en Württemberg (Alemania). Pasó los primeros años de su vida en Changsha, China, donde su padre, que era doctor, había emigrado para huir de la depresión económica que azotó a Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Vivió allí hasta que debido a la Guerra Civil China, la familia regresó a Alemania en 1928.

Hartman tomó parte en el programa de entrenamiento de planeadores de la Luftwaffe, que apenas empezaba a reconstituirse, donde aprendió a volar bajo la instrucción de su madre, que era instructora de vuelo. Los Hartmann eran dueños de su propio planeador, pero la mala situación económica los forzó a venderlo.

En 1939 Hartmann obtuvo su licencia de piloto aviador y comenzó su entrenamiento militar el 1 de octubre de 1940 en varios centros de la Luftwaffe, entre otros el 10° Regimiento de Entrenamiento, en Neukuhren, en Prusia Oriental, y la «Escuela de Guerra Aérea» en Berlín.

Su primera victoria aérea la consiguió el 5 de noviembre de 1942 al derribar un Ilyushin Il-2 Sturmovik. Durante el resto de 1942 sólo logró contabilizar una victoria más.Hartmann fue asignado al 7./JG52 para servir como escolta de Walter Krupinski (197 victorias), quien se convirtió en su mentor y amigo. Krupinski fue quien le dio el apodo de Bubi (que significa «Niño»), con el que sería conocido toda su vida y también fue quien le enseñó a tener paciencia y esperar hasta que estuviese a corta distancia del enemigo antes de abrir fuego. El 7 de julio de 1943 derribó siete aviones en un solo día durante los masivos combates aéreos que se dieron durante la Batalla de Kursk.

Hartmann se benefició siempre de combatir al lado de ases ya consolidados que le enseñaron sus tácticas: Josef Zwerneman (126), Hanss Dammers (113) que le fueron enseñando a acortar distancias antes de abrir fuego. Por ejemplo, cuando él era el blanco, para escapar tenía un método particular, como él mismo contó:
«Vuela derecho y pisa el pedal del timón de modo que se produzca un ligero derrape que no pueda ser advertido por el atacante. Si abre fuego, pica con g negativo a derecha o izquierda sin olvidar el timón durante toda la maniobra. Tu atacante se quedará colgado del cinturón con g negativo, incapaz de apretar el gatillo. Con esta maniobra he salvado muchas veces mi vida»

El 19 de agosto de 1943, el escuadrón de Hartmann recibió órdenes de apoyar un contraataque con Stukas liderado por el as Hans-Ulrich Rudel. Durante el combate, Hartmann derribó dos aviones enemigos, pero pedazos del fuselaje de una de sus víctimas impactaron a su avión, obligándolo a hacer un aterrizaje forzoso en territorio enemigo. Al ver Hartmann que soldados soviéticos se acercaban para capturarlo, fingió haber sido herido de gravedad.

Durante el mes de octubre Hartmann logró 33 victorias más y para el 29 de octubre de 1943 ya tenía contabilizadas 148 victorias, siendo condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. Terminó el año con 159 victorias. Durante los meses de enero y febrero de 1944, logró 50 victorias en 60 días. En el curso de 1944 Hartmann reivindicó 172 victorias, un total sólo superado por su amigo Wilhelm Batz. Esta impresionante cifra levantó sospechas entre el alto mando de la Luftwaffe y sus reclamos de victorias fueron cuidadosamente analizados. El 2 de marzo de 1944 alcanzó su victoria 202. Para esta época, los soviéticos también empezaron a notar los logros de Hartmann. El código de radio de Hartmann, Karaya 1, era constantemente escuchado alertando a sus compañeros para que verificaran sus derribos, y el alto mando soviético ofreció una recompensa de 10.000 rublos al piloto que lo matara.

El avión Messerschmitt Bf 109 que Hartmann volaba en esta época tenía la punta pintada de negro en forma de tulipán. Junto a la cabina estaba pintado además un corazón atravesado por una flecha con el nombre Usch (el apodo de su novia y futura esposa), y bajo el corazón estaba escrita la palabra Karaya, el nombre del escuadrón de Hartmann.

En marzo de 1944 Hartmann fue convocado junto con Gerhard Barkhorn, Walter Krupinski y Johannes Wiese para presentarse en Berchtesgaden y recibir de manos de Adolf Hitler las Hojas de Roble para la Cruz de Caballero.

En mayo de 1944 Hartmann derribó dos P-51 Mustang de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos sobre Bucarest, Rumania, siendo estos dos aviones sus primeras víctimas no soviéticas. El 1 de junio de 1944, derribó cuatro P-51 Mustang en un solo día sobre Ploieşti. Ese mismo mes, después de derribar dos P-51 más, su patrulla fue atacada por ocho cazas norteamericanos. Hartmann relata que durante el combate tenía un P-51 alineado en su mira, pero que al apretar el gatillo sólo escuchó que se había quedado sin munición.

Para empeorar la situación, su avión se quedó sin gasolina y se vio forzado a saltar en paracaídas. Mientras flotaba lentamente a tierra los aviones americanos volaron en círculos a su alrededor y uno parecía que se estaba alineando para dispararle...

Por orden de Hermann Göring se le prohibió volar, pues Göring temía las repercusiones en la moral soviética y alemana si Hartmann era derribado en combate. Posteriormente esta prohibición fue cancelada gracias a los esfuerzos del propio Hartmann. Por sobrepasar las 300 victorias, Hartmann fue condecorado con los Diamantes para la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, nuevamente por Hitler en persona en el Wolfsschanze 85. Sólo veintisiete soldados recibieron los Diamantes durante toda la guerra.


Hartmann asistió al programa de conversión bajo Heinrich Bär, y Galland quería que Hartmann se incorporara a la legendaria unidad JV 44 que el mismo Galland mandaba. Algunas fuentes indican que la decisión final de permanecer con el JG52 se debió a una solicitud por telegrama de Hermann Graf.

Hartmann desobedeció una orden directa del general Hans Seidemann de que Graf y él volaran inmediatamente al sector británico para evitar así el ser capturados por los soviéticos, dejando atras al resto de la unidad y evitar así la suerte de sus antiguos compañeros de armas. Hartmann permaneció fielmente al lado de su unidad hasta el último día de la guerra. El 8 de mayo de 1945, logró cosechar su última victoria, la número 352, cuando logró derribar a un avión soviético de la clase Yak-9 cerca de la ciudad Brno, en la actual República Checa. El 24 de mayo de 1945 el ejército de los Estados Unidos entregó a Hartmann a los soviéticos, siguiendo los acuerdos de la Conferencia de Yalta, que especificaba que los soldados alemanes que pelearon contra los soviéticos tenían que rendirse a ellos. Si Hartmann se hubiera unido a la JV 44, este acuerdo no se hubiera aplicado a él, pues la unidad JV 44 luchó exclusivamente contra los aliados occidentales.

Después de diez años y medio de cautiverio en gulags rusos, fue liberado finalmente en 1955 cuando el gobierno de Alemania Occidental y la Unión Soviética alcanzaron un acuerdo de intercambio comercial que incluía cláusulas para la liberación de los últimos prisioneros de guerra alemanes en la Unión Soviética.

Erich Hartmann se alistó a la Luftwaffe (Bundeswehr) de Alemania Occidental, donde ostentó el mando de la primera unidad de aviones de reacción de la posguerra, el Jagdgeschwader 71 Richthofen. Posteriormente el JG71 Richthofen fue equipado con aviones Lockheed F-104 Starfighter. Hartmann se opuso fuertemente y de forma pública a que se adoptara este avión por considerarlo inseguro y mal diseñado. S

Erich Hartmann, máximo as de la Historia, murió el 20 de septiembre de 1993 a la edad de setenta y un años. A diferencia de Hans-Joachim Marseille, que era un gran tirador y maestro del tiro de deflexión, Hartmann era un cazador nato, que acechaba y sorprendía a su presa. Según él mismo admite, el 80% de sus víctimas cayeron derribadas sin tener tiempo de reaccionar. Aprovechaba el poder del motor de su Messerschmitt Me 262 y su velocidad en picado, para acortar distancia rápidamente, abriendo fuego solamente cuando estaba a menos de veinte metros de distancia del avión enemigo para causar el máximo daño posible. Luego aprovechaba la confusión que causaba la sorpresa del ataque para romper el contacto, antes de que sus enemigos se organizaran. Esta táctica de combate la aprendió volando como escolta de Walter Krupinski, quien utilizaba frecuentemente este método.
Su técnica era efectiva, pero tenía ciertos riesgos. En varias ocasiones las piezas que se desprendían de los aviones enemigos cuando eran alcanzados, impactaban contra el avión de Hartmann, dañándolo y obligándolo a hacer aterrizajes forzosos.
Hartmann no era un temerario como Hans-Ulrich Rudel, sino que era muy cuidadoso y prefería obtener una sola victoria a tomar riesgos innecesarios. Durante toda su vida estuvo muy orgulloso de que ninguno de sus escoltas muriera mientras volaron con él. Su credo de combate era: «Ver - Decidir - Atacar - Romper contacto». Para Hartmann, los combates de piruetas («dogfight» en inglés; «Kurvenkampf» en alemán) eran «una pérdida de tiempo».

El número de victorias aéreas reivindicadas por Hartmann ha sido discutido tanto por historiadores anglosajones como soviéticos. Sin embargo, un análisis objetivo de los datos revela que las victorias reclamadas por Hartmann, en proporción con el número de combates aéreos en los que participó, es modesto si se compara con los reclamos de victorias de docenas de pilotos de la Luftwaffe y de las fuerzas aéreas aliadas.

Este es un resumen de la biografía que puedes encontrar en DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO, libro escrito por Juan Carlos Sánchez Clemares y publicado por EDICIONES STUKA. A la venta el librerías de temática militar, grandes superficies o en la página Web de la editorial.

sábado, 7 de enero de 2012

DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO


Siguiendo con la colección de libros temáticos sobre la Segunda Guerra Mundial, que fue el segundo en el que trabajé, presento DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO, un complemento para los libros de divulgación sobre la II Guerra Mundial CABALLEROS DE LA CRUZ DE HIERRO. En esta ocasión encontraremos a los 27 héroes alemanes más condecorados, más valientes y decididos, premiados con la codiciada Cruz de Caballero con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes. Nuevas biografías repletas de datos, detalles, operaciones y anécdotas sobre el conflicto más cruel y sanguinario de la Historia de la Humanidad. Además, las biografías aquí tratadas y que fueron ya ofrecidas en otras obras son más largas y cuidadas que en un volumen normal de la colección CABALLEROS DE LA CRUZ DE HIERRO, para premiar a los fieles seguidores de la obra.
El libro ya ha contado con excelentes críticas tanto por aficionados como por estudiosos de la Historia y sus ventas están siendo muy buenas. Tanto, que estos momentos va por la cuarta edición y sigue imparable.
De nuevo volví a reiterar que el libro no debía hacer apología del nazismo, y si algún personaje tratado y estudiado estaba condenado por crímenes de guerra o contra la Humanidad, como así fue en una biografía, reseñarlo y condenarlo.
Por tanto, DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO es un libro de divulgación que pretende arrojar más luz sobre la guerra más terrible y sanguinaria que ha librado hasta el momento la Humanidad. Es el perfecto complemento para la colección CABALLEROS DE LA CRUZ DE HIERRO.
Al contrario que en los otros libros, trabajar en DIAMANTES fue un poco más fácil. Primero, porque los 27 militares alemanes son muy conocidos y son múltiples los ensayos, estudios y libros sobre sus personas, y segundo, porque ya fui adquiriendo experiencia y sobre todo ya me iba familiarizando sobre la II Guerra Mundial y sus términos. Quizás, lo más difícil a la hora de trabajar con las biografías fue tener que seleccionar que poner y que no para evitar que nos salieran biografías de treinta páginas cada una. Un pequeño toque literario para amenizar la lectura, nuevos datos contrastados y estudios recientes hacen que las biografías de DIAMANTES posiblemente sean las mejores en lengua castellana hasta el momento sobre los 27 militares alemanes en la obra tratados.






Primera edición: noviembre de 2010
2ª edición: diciembre de 2010
3º edición: abril de 2011
Editorial Medea Ediciones
www.medeaediciones.com
ISBN: 978-84-96789-36-4








DIAMANTES DE LA CRUZ DE HIERRO ha sido escrito por Juan Carlos Sánchez Clemares y puedes adquirir la obra en librerías militares o en grandes superficies; o bien a través de la página Web de la editorial Medea.