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miércoles, 17 de octubre de 2012

NO SE LEE Y NO SE VENDEN LIBROS EN ESPAÑA PRIMERA PARTE





NO SE LEE Y NO SE VENDEN LIBROS EN ESPAÑA
PRIMERA PARTE

            En este nuevo artículo vamos a introducirnos en un tema espinoso pero que resulta esclarecedor a la hora de comprender algunas de las cosas que suceden en España. A pesar de lo que pueda parecer y de unos datos que normalmente no suelen reflejar la realidad, vamos a tratar de explicar porque en España se lee muy poco y se venden muy pocos libros comparando nuestra media y situación con los países de nuestro entorno. Porque claro, si nos comparamos con Senegal o Indonesia, pues está claro que en España se lee más, pero no es con ellos con quienes debemos compararnos, cosa por otra parte totalmente injusta, pues las vicisitudes actuales no son las mismas para unos y para otros así como las oportunidades que unos han tenido y desaprovechado y otros ni siquiera han llegado a tener.

Los datos

            La Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), lleva realizando un Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros desde el año 2000, en colaboración con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura. Como el nombre indica, es un proyecto que trata de establecer los hábitos de los lectores españoles, lo que se lee y cuántos libros se venden al año. Según esto, el número de lectores de libros en España ya es el 61,9% de la población mayor de 14 años. En este porcentaje se añaden tanto a los que leen en su tiempo libre, como por trabajo o estudios. Esto supone un incremento de 1,6 puntos con respecto a 2010, con una media de 10,4 libros leídos en doce meses (0,8 libros más de media que en 2010).
            Si nos vamos solamente a la población que lee en su tiempo libre, el porcentaje es del 58%, un punto más que 2010. Entre los lectores que leen con una frecuencia diaria o semanal pasamos al 45,1% y el número de lectores que leen a diario aumenta al 28,8%. Todo esto según el dicho Barómetro.
            Según los datos de la Agencia del ISBN, en 2011 se publicaron en España 103.000 nuevos títulos (nuevos, no reediciones o títulos reimpresos), el 79% de ellos en castellano y un 11% en catalán; el resto en otras lenguas de España. De esos 103.000 títulos el 17,3% de las obras fueron en formato digital, con un incremento del 38% sobre el año anterior. Comparando con otros años anteriores, el número de nuevos títulos ha ido decreciendo, lo que contrasta poderosamente con los resultados del Barómetro antes citado. Vamos a poner otros resultados de ese estudio:
-El perfil del lector en España sigue siendo el de mujer, con estudios universitarios, joven y urbana que gusta de la novela en castellano. Generalmente lee por ocio.
-Madrid es la comunidad con mayor índice de lectores, seguida de País Vasco y Cantabria. Entre las menos lectoras se sitúan Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura.
-El hábitat también influye en el hábito de lectura. Las poblaciones con más de un millón de habitantes alcanzan hasta un 70% de ciudadanos lectores, mientras que las de menos de 10.000 habitantes apenas llegan al 49%.
-El nivel de estudios sigue siendo un factor determinante en el hábito lector. El índice más alto se registra entre quienes tienen estudios universitarios, con un 82,1%, desciende al 60,7% entre los que tienen estudios secundarios y cae al 35% entre los que sólo tienen estudios primarios.
-La edad influye también en el hábito de leer. Los viejos leen menos que los jóvenes, aunque se observa un cierto incremento de lectores con más de 65 años, con un 37% de ellos que se declaran lectores.
-El porcentaje de españoles que leen libros en soporte digital es del 6,8%, un 1,5% más que el año anterior.
-Tan sólo un 3,9% de los entrevistados aseguraron tener un e-reader, más del doble que el año precedente. Sin embargo, sólo 2,7% lo utiliza para leer e-books.
-Los lectores que utilizan e-readers leen una media de 14 libros al año, 6 en formato papel y 8 en formato digital con su dispositivo electrónico.
-Con respecto a la procedencia, un 73,1% de los entrevistados señalaron que habían consiguen los e-books a través de descargas gratuitas en Internet, un 37,3% a través de familiares o amigos y tan sólo un 36,9% lo hizo en pago.
            Leyendo todo esto, da la sensación de que en España, aunque se lea poco, al menos se lee y que va en aumento el número de lectores. Sin embargo, estos datos no parecen encajar con los siguientes.

Un desierto estéril

            En Austria hay una librería por cada cinco mil habitantes, en Argentina una por cada siete mil, en España e Inglaterra una por cada quince mil, en Estados Unidos una por cada veinte mil y en el extremo nos encontramos con México con una por cada ciento ochenta mil habitantes. De nuevo nos volvemos a topar con unos datos que invitan a la esperanza. Después de todo, parece que tenemos más librerías que Estados Unidos, pero esto es engañoso, cuanto que Estados Unidos posee muchos más habitantes que España y en proporción librería por habitante está mucho más equilibrado. Además, las librerías estadounidenses están mucho mejor repartidas por el país, mientras que en España las encontramos casi en exclusiva en los grandes centros urbanos. Por lo mismo, parecería que en Argentina la situación es mejor que en España, pero el número de librerías es engañoso puesto que la gran mayoría de los argentinos, debido a su precariedad económica, no tienen posibilidad de acceder a la literatura aparte que Argentina exporta muchísimos títulos al exterior.
            En 2011 la venta de libros cayó en España un 6,2%, con tendencia además a la baja, según un estudio realizado por CEGAL en colaboración con la Dirección General del Libro y el Ministerio de Cultura. En 2010 se mantuvo la misma tendencia según el Observatorio de la Librería con resultados casi idénticos a 2009. Es decir, la tendencia de ventas en los libros ha sido constante y no recuperativa. Lejos de parecer que el mercado literario se recupera, entra dentro de una espiral descendente e irrecuperable. Pero el dato es más desolador en el primer semestre de 2012, a la espera de la finalización del año y los datos definitivos (aunque en un principio todo indica que será para peor). Todos los estudios y estadísticas, más los informes de ventas, confirman que la venta de libros ha caído un 10%, esto en tan sólo seis meses, más que todo el año 2011 junto. Pero según la FGEE y diferentes asociaciones de libreros, autores y editores, las cifras pueden aumentar bastante más, oscilando entre el 20 y el 30%.
            Si nos vamos al cierre de librerías y editoriales, el asunto se vuelve mucho más oscuro, cuanto que ha sido bastante difícil poder encontrar datos fiablemente constatados y las fuentes consultadas difieren entre sí. Hay que tener en cuenta que aunque se sepa exactamente el número de empresas y negocios cerrados, ya es más difícil precisar cuántas de ellas eran editoriales o librerías, pues ambos negocios pueden estar enclavados en diferentes géneros: ocio, cultura, servicio al por menor, educación, etc.… Es más que seguro que existan informes fiables que nos hablen del número exacto de editoriales y librerías cerradas en España, pero vamos a resaltar ciertas informaciones para que mediante un lógico proceso de pensamiento podamos intuir el oscuro destino de las librerías y editoriales españolas.

El fin de la pequeña industria literaria

            Como ya he dicho, en los seis primeros meses de 2012 la venta de libros ha caído un 10% respecto al año anterior, posiblemente más a la espera de las cifras definitivas y los resultados de otros estudios. Como en años anteriores, por géneros, a pesar que la novela es lo que más se lee en España, la ficción para adultos es la que se lleva la peor parte con un descenso en ventas de casi el 25% comparando con 2011, que ya fue un año malo. Se han distribuido más libros electrónicos, y se han vendido más e-book, tablets y e-readers que en 2011, pero a la contra, la facturación se ha reducido considerablemente. Esto significa que a pesar que se cuenta con un buen fondo de libros electrónicos y se han vendido más soportes electrónicos, las descargas de libros electrónicos, la venta, lejos de aumentar ha descendido. También en 2012, y se suma a otros años, se han vendido y creado muchos menos diccionarios y enciclopedias.
            Según algunos responsables del Ministerio de Cultura y otras voces del mundo del libro, parece ser que la mala situación que atraviesa el libro en España se debe a tres factores claves: la crisis actual, el mundo digital y la mentalidad española de que en la Cultura debe ser todo gratis. Permítanme decir que es cierto que la crisis afecta la venta de libros, pero no creo que la aparición del mundo digital haya sido una de las principales responsables de la caída en las ventas de los libros. En cuanto al tercer punto, sí estoy de acuerdo. Pero no vamos a ahondar ahora en esto y sigamos adelante con el tema.
            Las pequeñas y medianas editoriales, junto con las librerías, están pasando por un calvario en su intento de superar la actual crisis no sólo económica, sino también cultural y social, que son las que nos han conducido al actual panorama. También lo hacen las grandes editoriales, no hay más que echar un poco la vista hacia atrás para recordar el cierre de algunas de las editoriales que durante muchos años han sido de las más punteras en nuestro país. Como todo, las noticias resultan engañosas respecto al tema de las ventas y el cierre de negocios. Si nos atenemos a varios informes y estadísticas, se habla de que el sector del libro cerró 2011 con pérdidas relativamente moderadas y asumibles, pero eso se encuentra muy lejos de la realidad, pues dichas pérdidas no están repartidas de forma muy justa que digamos. Mientras que una gran editorial ha visto mermados sus beneficios en un 10% o incluso haya tenido unas pérdidas de un 5%, en cambio, decenas de pequeñas y medianas editoriales, con un descenso en las ventas de un 30% y pérdidas hasta del 25%, se han visto obligadas a cerrar por no poder asumir los gastos. Y esto vale también para los libreros.
            Otros fríos datos no invitan al optimismo. En 2010 se contaban en España 3.122.448 autónomos (el 80% de las empresas españolas). Quiero recordar que la inmensa mayoría de las personas que ostentan librerías o editoriales son autónomos que en un 80% no pasan de tener más de tres empleados. Esta cifra de algo más de tres millones puede parecer buena, pero en 2007 había 35.446 autónomos más, o sea, que en vez de crecer, disminuye. En los años más duros de la crisis, entre 2009 y 2011, se dieron de baja casi 200 autónomos por día. En el primer semestre de 2012 se dieron de baja 2.861 autónomos y en abril del mismo año nos encontramos con el número de 3.057.272 autónomos registrados. Por supuesto, en estas cifras faltan todavía los datos definitivos y del último semestre del año que han sido fatídicos, aparte que es más que posible que los datos no hayan sido del todo contrastados. Lo que sí ha sido ya aceptado de forma oficial es el dato que desde 2006 hasta 2012 se han cerrado 90 librerías por 75 que abren, y han cerrado 20 editoriales por 10 que abren. Estos datos provienen de los informes anuales elaborados por la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) muchas veces ignorados, por cierto, por los gobiernos de turno.

Las ventas de libros.

            Leído hasta ahora datos y más datos, comprendemos entonces que la caída de las ventas en España ha descendido si bien no de forma brusca, sí de manera continuada e imparable, arrastrando consigo a editoriales y librerías y, por supuesto, a la parte más débil de la estructura: al autor. Pero todos sabemos, o creemos saber, o hemos escuchado, que los best-sellers son los que salvan con sus ventas a las editoriales, y que el mercado literario se sostiene gracias a esos libros que se convierten en éxitos de ventas y atraen a decenas de miles de lectores. ¿Es cierto esto? En parte sí, pero aquí también la crisis del sector del libro se hace notar.
            Varias editoriales se han salvado de cerrar muy negativamente el año gracias a sus autores punteros, e incluso algunas de cerrar, pero a pesar de todo, las ventas no fueron todas las buenas que deberían. El obtener datos de ventas de novelas y de editoriales es asunto espinoso, bastante peliagudo porque existe un gran hermetismo al respecto, pues se intenta evitar toda publicidad negativa hacia las obras o las editoriales que las publican. Pero gracias a la sagacidad de estudiosos, articulistas, autores y gente que se interesan por el mundo del libro, ciertos datos son posibles de compartir. Los autores Stieg Larsson y Dan Brown han salvado en más de una ocasión a Planeta de cerrar en negativo. Algunos informes del sector afirman incluso que si el grupo de Lara no contara con esos autores su escaso porcentaje de beneficio se convertiría en negativo. A la editorial Alfaguara la saga “Crepúsculo” es la que le saca de los apuros; a Ramdom House autores como Isabel Allende, Javier Cercas e Idelfonso Falcones; con Maeva tenemos a Jean M. Auel; a Plaza & Janes le ocurre lo mismo con Ken Follett… La editorial que no cuenta entre sus títulos con novelas de autores punteros, que son la inmensa mayoría, son las que más dificultades atraviesan en estos momentos.
            Pero a pesar de lo que se pueda creer, el tener best-sellers no implica necesariamente que te vaya a ir bien en las ventas. El descenso de las ventas castiga duramente a las obras de autores no reconocidos mundialmente o de escaso renombre, pero también lo hace con los superventas. Autores como Dan Brown venden un 15% menos que en años anteriores, y cada nuevo título vende menos que el anterior. Otro claro ejemplo son las novelas del prestigioso Premio Planeta, una maniobra comercial de la editorial que cada año vende menos. Como caso sangrante tenemos a la autora Ángeles Caso que con su libro “Contra el viento” vendió un 32% menos con su libro premiado por Planeta que cuando salió a la venta sin premiar. Autores consagrados como José Saramago han tenido caídas de hasta el 28% en sus ventas, y otros como Arturo Pérez-Reverte deben contentarse con los beneficios allende nuestras fronteras, pues venden más en el mercado latinoamericano que en España misma.
            Y es que lejos de las tiradas monumentales que las editoriales nos quieren hacer creer que se realizan, lo cierto es que el mercado no está para fiestas y las editoriales deben intentar realizar tiradas que se ajusten a la dura realidad. Uno es escritor, pero también ha sido editor literario, ha tenido su propia librería y ha trabajado en editoriales, codeándose con todo tipo de autores, agentes, editores y demás personas de este negocio y sabe de lo que habla. Es estrategia de mercado “inflar” las ventas o las ediciones de una novela o “exagerar” los ejemplares distribuidos de un determinado título. No es que se engañe descaradamente, pero sí se “tuerce” un poco la verdad y sobre todo se pretende desterrar la idea de que no se vende para el lector no confunda “no vender” con “no tiene calidad” o “la editorial no es buena”. Cuando un libro pone en su portada “25ª edición”, uno automáticamente piensa que debe llevar vendidos al menos 250.000 ejemplares, pero es perfectamente normal realizar tiradas de 1.000, 500 e incluso hasta 100 ejemplares de un título. De esta forma, un libro puede tener veinticinco ediciones y llevar vendidos 10.000 ejemplares. Si pone en la portada “más de 250.000 ejemplares vendidos” puede ser cierto, pero lo que no se suele decir es que en esa suma entran los ejemplares vendidos en Latinoamérica u otros países de otras lenguas. Esto no quita que no se vendan en algunos casos tantos ejemplares de una obra, o que ciertamente lleven muchas ediciones porque se vendan y vendan durante años, pero esto ocurre con escasos autores y escasas novelas. Como ejemplo, puedo citar un cuento corto y muy famoso de cierto caballero (no pondré el título porque tampoco se trata de atacar a nadie, sino de informar acerca de la realidad) que hace dos años iba ya por la 67ª edición. Lo que muy pocos saben es que cada edición es de 100 ejemplares e incluso menos.
            Ojo, esto no implica que las editoriales quieran engañarnos porque sean malvadas. Esto forma parte de su política de mercado y es normal y lógico que recurran a estos reclamos para intentar vender sus libros. Es como esos anuncios de cervezas que en sus intentos por vender acuden al reclamo de las chicas guapas, fiestas interminables y una vida sin problemas y maravillosa solamente por beber dicha cerveza. Así pues, no pensemos mal de los editores ni nos enfademos con ellos.
            El descenso inevitable de las ventas incluso en los best-sellers afecta a todos los sectores del libro: a los editores, por lo ya dicho, y a los libreros que ven con espanto como sus ventas descienden. Si todo un Dan Brown no vende lo que debiera, ¿qué va a vender Paquito Palotes con su libro “X”? Esto implica que los libreros no se arriesgan a realizar grandes pedidos a las editoriales, desconfían de las novedades e incluso rechazan la gran mayoría de ellas porque no están seguros de venderlas. A su vez, esto repercute en los editores, que ven como incluso algunos títulos de sus superventas no venden o son rechazados por los libreros, con la consecuencia de que su política editorial se centra en intentar publicar “a los seguro”, es decir, depender únicamente de best-sellers de autores reconocidos mundialmente. Esta política editorial puede parecer buena a corto plazo, pero a medio y largo es catastrófica, tal y como ahora se está empezando a notar, pues dejando de lado al resto de autores y títulos (el 90% de las obras), lo que les queda son los súper-ventas que cada vez son menos súper. Y, por supuesto, a quien todo esto más afecta son a los autores menos conocidos o noveles que ven imposible publicar sus obras en España y, lo que es peor, son condenados al olvido tanto por editores, como por los responsables de la Cultura en España.


¿Por qué unas estadísticas dicen unas cosas y otras algo bien diferentes?

            Llegados a este punto, nos encontramos entonces con la pregunta un momento antes planteada. Algo no encaja. Por un lado nos dicen que el número de gente que lee en España ha subido, y por otro nos encontramos con unos informes y estudios demoledores que indican claramente que la venta de libros en España cae. ¿Cómo se puede entender esto? ¿Qué es lo que lee entonces la gente? Pero iremos más lejos que esto al afirmar que a pesar de los datos positivos acerca de los lectores, en España no se lee lo suficiente. Pero ya todo esto lo dejamos para la segunda parte del artículo. Espero haberles sido de ayuda y que la información aquí compartida les pueda servir en algo. No duden en consultarme, criticarme o corregirme en lo que deseen.

Juan Carlos.



Para leer la segunda parte, pincha AQUÍ e iras directamente a ella.  

Para leer una actualización más moderna de este artículo, ve a:
 
 

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por escribir esta entrada. Justamente estaba buscando algunos datos sobre el panorama editorial y, a decir verdad, no es para nada alentador.

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    1. Gracias a ti, Ana, por leer mis entradas. No, tienes razón, el panorama no es alentador. El artículo escribí ya hace muchos meses, pero el mercado literario y cultural español no ha mejorado, al contrario, ha empeorado por muchos cuentos que nos quieran vender. El empobrecimiento cultural de la sociedad española va en caída libre y de momento no parece detenerse. Da miedo pensar en el erial que puede ser esto como no se tomen medidas contundentes y claras al respecto. Un saludo.

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