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jueves, 5 de julio de 2012

DE CÓMO PRESENTAR CORRECTAMENTE UN MANUCRISTO U OBRA AL EDITOR. Segunda parte.


DE CÓMO PRESENTAR CORRECTAMENTE UN MANUCRISTO U OBRA AL EDITOR.  Segunda parte.

Puntos suspensivos, exclamaciones e interrogaciones.
            Cuando una frase termina con puntos suspensivos, no se ponen tres puntos seguidos, sino tres puntos largos, los que se conocen como puntos suspensivos (…), y se consiguen apretando primero la tecla “Alt Gr” y sin soltar apretar después la tecla “.” (punto).
            En español siempre se pone el signo de exclamación e interrogación antes y después de la frase. Muchos autores se contaminan con el inglés y otros idiomas y suelen poner solamente la exclamación o interrogación al final de la frase. Grave error. Si un editor detecta ese fallo al menos en dos ocasiones, dejará de leer el manuscrito. De la misma forma, jamás se ponen varias exclamaciones o interrogaciones seguidas, ni tampoco se pueden mezclar.
—¡¡No hagas eso!!
—¿¡Cómo qué no vas a ir a la escuela!? (Mal, ambas frases están mal)

—¡No hagas eso!
—¿Cómo qué no vas a ir a la escuela? (Correcto)
            El uso de dobles exclamaciones o interrogaciones no está permitido, aunque no de forma explícita, y no suelen gustar nada a los editores. Se emplean mucho en el cómic para enfatizar ciertas expresiones, pero en literatura dan cierto aire cómico que estropean la seriedad que realmente estas deseando dar a la escena. Si lo que pretendes es realzar las expresiones, pon entonces a continuación ciertas reacciones de los protagonistas que describan que están viviendo un momento muy intenso. Ejemplo.
—No hagas eso.
—¡No hagas eso!
—¡No hagas eso! —Juan se llevó las manos a la cabeza desesperado.

Sinónimos y recursos literarios.
            Debes poseer una amplia variedad de sinónimos en tu lenguaje. Entre tus gastos económicos obligatorios se debe contar la compra de un buen diccionario de sinónimos y antónimos. A medida que vayas escribiendo, verás cómo te saldrán de manera casi automática. Un párrafo donde se repite excesivamente la misma palabra demuestra la escasez de recursos por parte de un escritor, lo que hará que el editor se plantee dejar de leer. Procura tener mucho cuidado con esto. La mejor manera de evitarlo es una vez que hayas terminado de escribir, repasar con cuidado lo escrito y de forma seguida.
            Esto nos lleva a que debes poseer recursos literarios a la hora de escribir. Si en cuatro párrafos comienzas de la misma forma, estas demostrando que no posees capacidad imaginativa, ni técnica ni cuentas con recursos. Este tipo de errores los suelen cometer sobre todo los escritores que trabajan con el género de divulgación. Te pongo unos ejemplos de cómo se pueden estropear unos párrafos y de esa forma toda la obra.
            A principios de 1916, la situación en el frente occidental había cambiado a favor de los Aliados…
            A principios de 1917, los nuevos modelos de aeroplanos dieron la superioridad aérea a Alemania…
            A comienzos de 1918, los alemanes no pudieron hacer frente a la demanda de tropas y poco a poco…
            Marcelo tomó la espada del suelo y se lanzó corriendo contra su oponente, tomando al bárbaro por sorpresa y atravesándole el pecho con la espada. El bárbaro tomó aire por la boca, pero no pudo pues la sangre se lo impidió. El bárbaro cayó al suelo muerto.
            Como puedes comprobar, los cuatro párrafos están sencillamente horribles. En el caso de los tres primeros párrafos (da igual la extensión de cada uno), si comienzas exactamente igual, la sensación que se da es que se ha escrito sin saber muy bien que se escribía o que sencillamente se estaba copiando. Si da la casualidad que cada párrafo comienza con el principio de un año, procura describirlo de otra forma. Hay múltiples maneras de hacerlo, y no es necesariamente obligatorio que comiences el párrafo con el inicio del año. Ejemplo.
A principios de 1916, la situación en el frente occidental había cambiado a favor de los Aliados…
            Pero meses más adelante, la situación se tornó favorable a los intereses alemanes, pues ya sus nuevos modelos de aeroplanos les dieron ventaja en la contienda. Así, a inicios de 1917…
            A pesar de las victorias iniciales, Alemania no podía hacer frente a la demanda de más tropas y recursos para la guerra, lo que se trasmitió, para los primeros meses de 1918, en la sensación de que la guerra estaba perdida…
            Ahora hemos enriquecido el texto, utilizando un poco de imaginación y recursos literarios. Por supuesto, es una forma sencilla de hacerlo, pero ya da una idea de lo que quiero transmitir. En cuanto al cuarto ejemplo, leemos como repetir de forma excesiva la misma palabra y sobre todo no saber componer el párrafo de la forma adecuada y/o trasmitir la escena estropea nuestra obra.
            Otro error que se suele cometer es abusar de los demostrativos con función de pronombre, ya que deben usarse lo más mínimo posible para evitar que el texto sea repetitivo o tosco. Por ejemplo: “Vio venir a Segestes. Éste les dijo que…” Aquí se puede utilizar “El germano…” o vocablos que puedan ejercer de sujeto: “Vio venir a Segestes. El germano les dijo que…”. También puede ponerse un relativo: “Vio venir a Segestes, quien les dijo que…”, pero tampoco es bueno abusar de este recurso pues tiende a alargar de forma innecesaria las frases. El resultado más perfecto es equilibrar la balanza en cuanto al uso de todos los recursos que he planteado.

Modernismos y rimas.
            Es otra regla básica que debes respetar al máximo que se basa en que todos los términos que se utilicen deben ser consecuentes con la época histórica que se está tratando. De igual forma, los personajes y los diálogos deben ser consecuentes con la época. Esta regla la suelen romper muchos autores, noveles o no, y por eso sus obras de género histórico no suelen ser publicadas. Aunque no voy a entrar en profundidad en el tema, puesto que es algo que el propio autor suele corregir con el tiempo, sí pondré varios ejemplos. Digamos que estas escribiendo una novela ambientada en la Roma del siglo I d. C. Si pones en el texto expresiones como “kilómetros” o “metros”, o “segundos” para aclarar el paso de un breve lapso de tiempo, o “colega”, el editor de inmediato deja de leer y tu obra pasará a la papelera.
            En estos casos es conveniente emplear tiempo y esfuerzo en aprender sobre la época que vas a tratar y realizar una investigación que te permita enriquecer y mejorar tu obra.
            Procura evitar las rimas en los textos narrativos. No estamos hablando de poesía, y fuera de ella las rimas quedan mal y cómicas. Si escribes una obra cómica, perfecto, pero si no lo es, el lector de inmediato se dará cuenta de ello y sonreirá cuando descubra la rima, perdiendo el efecto dramático que se supone estas dando a la novela. En la mayoría de los casos no somos conscientes de que ponemos rimas: “Ese hombre me cae mal, porque me confunde todo eso que lleva de metal”. Para evitarlo, nada como volver a releer (todas las veces que haga falta) lo que ya llevemos escrito. Si tienes una duda sobre si rima o no, lee entonces la frase en voz alta; tú mismo te darás cuenta entonces del error.

Tiempos verbales.
            Cuidado, que este es uno de los errores más mortales que autor alguno pueda cometer. Si decides escribir la obra con un determinado tiempo verbal, por ejemplo el pasado, no cambies los verbos al presente porque entonces, lo más probable, es que tu obra no vaya a ser publicada. Excepto en contadas ocasiones, porque así el dramatismo del argumento lo demande, nunca puedes cambiar el tiempo verbal con el que hayas elegido escribir tu novela.

Pronombres y expresiones superficiales.
            Quita del texto las expresiones que no aporten nada o ralenticen demasiado la lectura, o sobre todo las repitas muy a menudo. Por ejemplo “entonces”, “en ese momento” o “de pronto”. “De pronto, algo surgió de las sombras…”. Puedes poner “Algo surgió de las sombras…”. No significa que no puedas utilizar estas expresiones, sino que su uso continuo es incorrecto.
            Quita también los pronombres personales siempre que el verbo ya informe sobre la persona del sujeto. “Yo lo vi, señor”, por “Lo vi, señor”; “Vosotros no sabéis nada”, por “No sabéis nada”. Recordad, nuestra lengua es la muy noble y exquisita lengua castellana, por tanto, cuantas menos redundancias mejor.

Números y fechas.
            En la novela hay que evitar poner los números en cifras, al menos en el texto literario, excepto si son fechas: “el siglo XVI”, “ocurrió en 1982”, “el 25 de diciembre”. Hay una excepción también para los números romanos, como en el caso de los números de las legiones: “La legión XX Rapax Gemina”. Existen otras excepciones, pero suelen producirse por exigencias de la trama. Por regla general, los números hay que escribirlos en el texto literario.
            Donde se pueden colocar números, porque está más abierto a ello, es en los diálogos, aunque tampoco se puede abusar mucho, y en las obras que sean de divulgación. Si metes números en tus obras, debes tener en cuenta que las cifras poseen puntos y comas. Los puntos para separar los miles y de ahí para arriba, y las comas para los decimales. Ejemplo: “Son 22.345 euros”, “vinieron 132.500 personas” o “el kilo te sale a 3,45 euros”.
            Los nombres de los meses (enero, febrero, marzo…) van en minúscula, igual que los días de la semana (lunes, martes, miércoles…). Las fechas especificas van en mayúscula (el 25 de diciembre es Navidad; en abril se celebra la Semana Santa).

            Pues hasta aquí hemos llegado, espero haberte servido de ayuda. En otro artículo trataré sobre los errores y faltas de ortografía más comunes. Un saludo. Juan Carlos.




Una buena continuación a esta entrada es “He terminado de escribir un libro, ¿qué puedo hacer para que me lo publiquen y cuáles son las precauciones que debo tomar para evitar que me lo roben o plagien?”. Si deseas publicar tu obra con toda garantía, te puede interesar leer este artículo. Pincha en el título e irás a él. 



Existe una actualización de esta entrada:
Pincha en el enlace e irás directamente a dicha actualización.
Prueba también con este: EL USO CORRECTO DEL PUNTO Y LOS DOSPUNTOS.
 

 


6 comentarios:

  1. Hola Juan Carlos:
    Muy interesante blog, felicidades. Soy aficionado a la lectura, y este año me animé a escribir una novela sobre mi padre en su último día de vida en el hospital. La trama son los recuerdos de su pueblo desde la niñez hasta el mismo instante que muere. Empiezo en presente cuando describo el ambiente de la habitación. Y en pasado la narración de su vida en el pueblo, aunque confieso que algunos capítulos están en presente, no suena mal para mis oídos ¿Algún consejo?

    Saludos y gracias de antemano.

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    1. Hola, muchas gracias por visitar mi blog. Oye, menudo blog sobre el vino que tienes, me encanta su presentación, felicidades.
      Respecto al tema que me comentas, decirte que en literatura existe una regla de oro que dice que cuando escribes una historia en tiempo pasado, ya tienes que emplear ese tiempo para el resto de la obra, pero hay excepciones.
      Una de esas excepciones es por ejemplo lo que me dices, que para dar mayor dramatismo, importancia o sentimiento, o por jugar un poco con la atención del lector, decidas que en determinados momentos el tiempo sea presente y en otro pasado. Pero cuidado, ya me comentas que el presente lo utilizas en aquellos capítulos donde tu padre se encuentra en la habitación y el pasado cuando se trata de la vida de tu padre en el pueblo. Procura no romper tu mismo la regla que has impuesto en tu narrativa, porque puedes causar confusión en el lector. Ya que me pides consejo, te diría que utilices únicamente el pasado cuando narres la vida de tu padre en el pueblo y el presente, pues eso, para cuando describes el presente, como por ejemplo puede ser el primer capítulo, con tu padre en la cama del hospital, o el último, cuando ya fallece en ese mismo hospital.
      No te recomendaría que rompieras más la regla, aunque te parezca que no te suene mal, pero los editores suelen ser muy puntillosos con este tipo de cuestiones. Un abrazo y espero seguir viéndote por aquí.

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  2. ¿Algún link de cartas de presentación? me sería de gran ayuda!
    Muchas gracias.

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    1. Hola, Nostradamus. Muchas gracias por entrar a mi blog. Te pongo dos enlaces que son muy interesantes. El primero te explica paso a paso la creación de una carta de presentación para una editorial y el segundo es una página donde te puedes descargar cientos de modelos de cartas de presentación de todo tipo. En las genéricas puedes encontrar modelos que se adecuan perfectamente para presentarse a una editorial. Un saludo.

      http://olelibros.com/consejo-para-escritores-buscar-editorial-para-tu-libro-como-hacer-una-carta-de-presentacion/

      http://www.plantillasmil.com/plantillas/cartas/presentacion?gclid=CIvqhJicysoCFQQUwwodqRoKDQ

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    2. muchas gracias juan carlos!
      un saludo.

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