CRÓNICAS
DE UN FRIKI VI
LOS
CÓMICS (o tebeos); quinta parte.
Nace
el coleccionista
Cuando
uno comienza a leer cómics desde su más temprana edad, invariablemente termina
convirtiéndose en coleccionista de los mismos. Es la evolución lógica del
friki. Ya no le vale con leer un tebeo cada tres meses o tener que estar
dependiendo de si los vecinos, amigos o parientes lo tienen o encontrárselo de
casualidad en un frutos secos cuando va a cambiar los que posee. Además, cuando
se conoce más a fondo el universo descrito en los cómics, se descubre que estos
poseen historias que continúan de un número para otro y que existen personajes
y tramas que son muy interesantes de seguir. Es, por tanto, necesario dar el
siguiente paso.
En
mi ejemplo, tuve que esperar a ciertos factores, siendo el más importante de
ellos el monetario. Ya os he explicado que de niño mi paga era muy exigua y que
los cómics Vértice se salían de mi presupuesto; al menos comprarlos nuevos,
cambiarlos sí podía. Por eso, aunque ya deseaba fervientemente poder
coleccionarlos, tuve que esperar a tiempos mejores. Estos llegaron a raíz del
cambio de casa, cuando mis padres decidieron irse de Usera en Madrid a una de
las esquinas de Fuenlabrada, una ciudad-dormitorio muy cerca de Madrid, apenas
a veinte minutos en RENFE. Esto supuso un mayor desahogo económico y que mi
madre me aumentara un poco más la paga. Entre medias de este magno
acontecimiento en mi vida, sucedió algo imprevisto.
La
nefasta Bruguera
Cómics
Vértice cerró como os explique en anteriores entrada de estas, mis Crónicas, y
su lugar lo ocupó Ediciones Bruguera, una editorial que se especializaba en
tebeos de humor más que en superhéroes, pero eso cambiaría a raíz del éxito de
la película “La guerra de las galaxias” (Star Wars) en 1977. Ya hablaré del
cine en su debido momento. Marvel estaba sacando por entonces una colección de
cómics basada en el filme y en España Bruguera adquirió los derechos de
publicación. En el paquete, junto a Star Wars, también vinieron las series de
Ka-Zar, La Mosca Humana y 2001: una odisea del espacio, todas colecciones de
Marvel. No pararon aquí las negociaciones de Bruguera. Otro gran éxito de cine,
“Superman”, en 1978 llevó a la editorial española a adquirir los derechos del
cómic del superhéroe por excelencia de la DC, archirrival de Marvel. Con
Superman vinieron Batman y otros personajes DC y comprobando Bruguera lo bien
que se vendían sus productos, negoció con Marvel para publicar en español las
aventuras de los dos héroes más populares por entonces: Spiderman y La Masa
(Hulk).
Bruguera
se caracterizó porque sus colecciones de superhéroes eran a tamaño original
respecto a las ediciones americanas, a color y con mayor número de páginas por
tebeo. Hasta ahí todo parecía correcto. El problema era que el color era plano,
no a base de puntitos y ciertos efectos que por entonces las imprentas
americanas daban a sus cómics intentando crear mayor profundidad en los dibujos
y para no cansar la vista de los lectores, cosa que los colores planos de
Bruguera (era más barato hacerlo así) sí hacía. La impresión mecánica de los
textos, tanto narrativos como los bocadillos (diálogos) eran con rotulación
mecánica, no en formato cómic, con lo que la lectura se convertía también en
más pesada y menos dinámica, aparte que todo era en mayúsculas y en múltiples
ocasiones sin acentos. Y esto no era lo peor. La política editorial de los
cómics en Bruguera debía encontrarse en manos de gente que no sabía ni le
importaba nada del mundo de los superhéroes, porque de otra forma no se podía
explicar lo que hicieron. Aunque publicaban las series americanas, no
respetaban ni el formato ni el orden cronológico de las publicaciones. Poniendo
un ejemplo, en Spiderman descubrías que
en un número de Bruguera te podías encontrar dos de Marvel, ya que los linces
de Bruguera en ocasiones te quitaban páginas para que entraran dos números
americanos. Además, también te metían entre medias aventuras de Los 4 Fantásticos,
que, oye, está genial, pero uno se compraba Spiderman, no a Richards y
compañía.
Y
esto no era lo peor, no, porque quedaba el asunto del absoluto desprecio de
Bruguera a la continuidad de las aventuras. Siguiendo con el ejemplo de
Spiderman, te comprabas el número 15 y en él venía el equivalente americano, el
88 de The Amazing Spiderman, por
decir uno. Cuando comprabas el número 16 de Bruguera con ansia porque querías
descubrir como terminaba la pelea de Spidey con el Lagarto, te encontrabas con
la desagradable sorpresa de que en el 16 de Bruguera no venía el 89 de The Amazing Spiderman, sino el 15, o el
120, o incluso de otra colección de Spiderman como podía ser Peter Parker is the spectacular Spiderman
o Marvel Team-up; vamos, un desastre
total. Y encima, los cómics de Bruguera eran muy caros. Al igual que yo, muchos
lectores de superhéroes, estando los tebeos de Bruguera en los quioscos,
preferíamos leer y seguir comprando los de Vértice que se pudieran encontrar.
No dejé de leer tebeos, por supuesto, pero no quería saber nada de los de
Bruguera; ni regalados.
¡Así
habló Zaratustra!
En
estas estaba, cuando en 1983 vio la luz la que posiblemente fue la mejor
editorial en España que publicara los cómics de Marvel. Lo descubrí de
casualidad, como estas cosas suelen pasar de todos modos. Dando un paseo
montado en mi estupenda bicicleta GAC, decidí salir de mi barrio y explorar un
poco otras urbanizaciones. Por entonces Fuenlabrada era una ciudad que
consistía en un núcleo rural (el pueblo original) y modernas urbanizaciones muy
separadas unas de otras por carreteras, fábricas y polígonos industriales,
huertas y enormes descampados, lo que era increíble para los chavales que
podíamos vivir autenticas aventuras. Pues bien, en mi paseo descubrí en una
esquina de una amplia avenida, con unos cuantos bloques de apartamentos aquí y
allá, un quiosco que la última vez que pasé por allí no estaba. Picado por la
curiosidad, me acerqué y bajé de la bicicleta. Era un quiosco de los de “última
generación”, más o menos como los quioscos modernos de hoy en día, y sus
laterales con vidrieras estaban repletos de revistas, periódicos y… ¡cómics!
Porque fue ese día y no otro cuando vi por primera vez los Cómics Fórum y, nada
más y nada menos, que Spiderman y Conan el bárbaro (pincha AQUÍ para que el
momento sea mágico). Apenas daba crédito a lo que veían mis ojos. ¿Qué nueva
editorial era esa? ¿Cuánto tiempo llevaban publicando los tebeos? Porque eran
el Spiderman y el Conan números siete ambos.
Espoleado
por la furia justiciera y friki, pedaleé hasta mi casa en tiempo record, tomé
dinero y vuelta al quiosco a toda velocidad jugándome el pellejo en los cruces ante
los automóviles. Compré ambos tebeos al precio de noventa y cinco pesetas (ni
un euro) cada uno y tuve en mis pecadoras manos mis dos primeros cómics que
iniciarían mi etapa como coleccionista.
Cómics
Fórum; la novena maravilla
Sí,
eran los cómics Marvel que me apasionaban pero publicados por otra editorial
que nacía bajo el amparo de la todopoderosa Planeta: Fórum. ¿Pero, quienes eran
Fórum y porque estaban sus cómics en un modesto quiosco perdido en una esquina
de un suburbio de una aburrida ciudad periférica de Madrid? Calma, calma, todas
las preguntas serán contestadas.
Como
era de esperar, Bruguera se estrelló en cuanto a ventas con sus cómics. Al
menos, no sacó el dinero esperado por ellos dado lo que invirtió (más que nada
en derechos de publicación, porque en calidad poco invirtió), pero sobre todo
porque las condiciones impuestas por Marvel para publicar sus productos fuera
de USA habían cambiado y Bruguera no podía hacer frente a esas demandas; o al
menos es lo que se comenta entre los aficionados. La cuestión es que en 1983
Planeta obtuvo los derechos de los héroes Marvel y creó una división llamada
Cómics Fórum. Sus primeros tebeos en publicarse serían Conan el bárbaro, La
Masa, Spiderman, Los 4 Fantásticos, Daredevil, Thor y Los Vengadores. En 1985,
a raíz de la desaparición de Ediciones Surco, pudo conseguir los derechos del
resto de colecciones Marvel y poco a poco fue sacando dichas colecciones al
mercado.
Incluso
hoy en día, la calidad de las ediciones Fórum sigue siendo insuperable. A la
intensa emoción que da el leer uno de esos tebeos de la época (que conservo) se
une el que Fórum era un equipo que supo crear un producto que rompió moldes en
España. Eran rotulistas, traductores, grafistas, editores, publicistas,
colaboradores… que amaban su trabajo y sobre todo los cómics, lo que se
evidenciaba en el resultado final. Al principio los cómics poseían treinta y
dos páginas, por lo que venía un número y medio americano en cada tebeo
español. Años más tarde imposiciones de Marvel obligaron a Fórum a meter
colecciones de superhéroes que no poseían colección propia en España por falta
de ventas en otras colecciones y mucho más adelante Fórum llegaría a publicar
los cómics exactamente igual que en Estados Unidos, a un episodio por mes y además
sincronizando todas las colecciones. En 2004 Fórum perdería los derechos de
publicación de los cómics Marvel ya que Panini, la custodia legal de esos
derechos en Europa, no le renovó el contrato, siendo Panini a partir de 2005
quien publicara los cómics Marvel y de ahí hasta ahora. Pero ya la calidad no
era la misma, y quien haya vivido los años dorados de Fórum sabrá de lo que
hablo.
Pero
retrocedamos de nuevo a ese momento en el que descubro por primera vez la
existencia de los cómics de Fórum. Emocionado, llegué a casa, aparqué la bici
en la terraza y me dispuse a leer esos tebeos. Para empezar, poseían un correo
para lectores, en el que ciertos profesores y dioses contestaban las dudas, manías
o sugerencias de los lectores con humor, genialidad y paciencia. Era
alucinante. Por si fuera poco, te tenían al tanto de las noticias Marvel, de
los personajes y las tramas, y siempre te venía el número USA al que
correspondía el número español. Supe así que Spiderman y Conan eran colecciones
quincenales y que todavía podría estar a tiempo de conseguir los números
anteriores. Más adelante Conan pasaría a ser mensual y Spiderman incluso por un
tiempo semanal antes de volver a ser quincenal y, finalmente, mensual, hasta
llegar a los tomos donde se agrupaban todas las colecciones americanas
originales.
Cuando
comencé a batir con la bicicleta todos los quioscos que conocía de Fuenlabrada
pronto descubrí que en ningún otro sitio vendían cómics Fórum. Desesperado,
retorné al primer quiosco y pregunté al señor quiosquero donde podría conseguir
los números anteriores. El señor no lo sabía, porque él se limitaba a
recibirlos, exponerlos y venderlos. Me sugirió que me pusiera en contacto con
la editorial y les pidiera los números atrasados, tal y como se hacía con las colecciones
de fascículos. Cuando compré los siguientes números de Spiderman y Conan,
añadiendo ya Los 4 Fantásticos y Los Vengadores a la saca de mis nuevas
colecciones, leí con suma emoción que ya Fórum te ofrecía la posibilidad de
pedir los números atrasados enviando un cupón o una carta a cierta dirección. Y
ojo, porque esto poca gente lo sabe, pero el primer almacén que tuvo Fórum
estuvo ubicado en Fuenlabrada, en concreto, en un polígono industrial de la
carretera que lleva a Moraleja de Enmedio justo al lado de mi casa; en diez
minutos llegaba andando. También lo descubrí de casualidad, con unos amigos
paseando en bici por esos lares en busca de líos y aventuras propias de la
edad. Me fijé en unos carteles de publicidad y, ¡aleluya, aleluya!, resulta que
era el almacén de la editorial. Pude comprar allí directamente los cómics
atrasados e incluso algunos nuevos, pero no tardó Fórum en crecer y mudarse a
otro lugar de Madrid. Si tienes los primeros números de las primeras
colecciones de Fórum, descubrirás en los textos de crédito comerciales, en la
primera página, la dirección de ese almacén en Fuenlabrada.
Con
las colecciones ya completas, apenas iniciadas, dio comienzo la siguiente etapa
en mi vida de friki de los cómics: ser coleccionista. Esto no era ya como
cambiar o buscar tebeos por los frutos secos. Sabiendo que los ejemplares eran
muy limitados y pocos los lugares donde los vendían, con el traslado del almacén
de Fórum a otro lugar, únicamente me quedaba estar pendiente de las salidas de
los números y ser el primero en adquirirlos. En la próxima entrega de las
Crónicas hablaré de la dura vida de un coleccionista de cómics en una época
donde no existían las librerías especializadas, ni Internet, ni los teléfonos
móviles y donde conseguir ese número que se te escapaba era toda una odisea.
Así como todas las artimañas y peripecias necesarias para obtener el dinero con
el que comprar el vicio, la dosis, el chute de tinta, colores, papel y
aventuras que llenaban mi mente haciéndola volar y disfrutar como nunca. La
edad de oro de los cómics Marvel en España. Continuará…
Y también te pueden gustar
¡Pincha en los enlaces!
En mi pequeña ciudad de provincias no llegaban los comics de Fórum, solo algún que otro retapado de vez en cuando, creo que mi vida o al menos mi infancia-preadolescencia hubieran sido muy diferentes de haber tenido acceso a estos maravillosos comics
ResponderEliminarEl problema de los cómics Fórum es que cuando salieron no existía una red nacional de distribución de tebeos. Las editoriales no se tomaban en serio los tebeos y no pensaban que fuera una buena inversión el tener que gastar algo más para distribuir los cómics por toda España. La distribución se basaba en las grandes ciudades, y no en todas, porque ciudades al estilo Santander, por ejemplo, tampoco tenían una buena distribución. Lo que hizo posible que los cómics llegaran a todas partes fue la proliferación de las tiendas especializadas, que obligó a las editoriales a ampliar su red de logística. Un saludo.
Eliminar