El famoso caballero negro
Von Schleich, Eduard Ritter, es uno de los pilotos alemanes
de la Primera Guerra Mundial más famosos y exitosos, conocido también como “el
Caballero Negro”. Nació el 9 de agosto de 1888 en Múnich, pero su familia se
trasladó muy pronto a Bad Töiz, una ciudad famosa por sus balnearios donde
acudían personas de todo el Imperio para gozar de las instalaciones. Era hijo
de un artista, pero estaba claro que al joven Schleich no le atraía en absoluto
el mundo bohemio de los artistas y deseaba ser militar, algo muy común entre
los jóvenes de la época. Además, y esto era muy importante para él, no podría
validar el título de noble hasta que no se graduara con honores militares,
puesto que el resto de nobles no le tratarían con el debido respeto si
solamente fuera un “pintor” o “escultor”, profesiones que por entonces no
gozaban de mucho prestigio entre la más alta y rancia nobleza prusiana. Después
de terminar la escuela, von Schleich decidió inscribirse en un programa militar
para cadetes, que gozaba de excelente reputación entre los militares, en el
ejército bávaro en el año 1908. En 1909, ó 1910 (las fechas varían según las
fuentes consultadas), obtuvo una comisión con el 11º Regimiento de Baviera para
terminar de formarse como soldado. Pero no fueron buenos tiempos para el joven,
pues al parecer tuvo serios problemas de salud relacionados con su físico que a
punto estuvieron de hacerle dejar el servicio militar. Durante un pequeño
periodo de tiempo llegó incluso a estar fuera de servicio, pero finalmente, y
por fortuna para él, logró recuperarse y continuar con su vida como soldado.
Tras su ingreso de
nuevo en el ejército, gracias a su intachable expediente, fue ascendido a
teniente, justo antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial. Con cientos
de miles de hombres movilizándose para los frentes de batalla, la unidad de von
Schleich marchó a primera línea de combate, siendo nombrado poco después
comandante de la misma. Fue gravemente herido en la batalla de Lorena el 20 de
agosto de 1914, justo el mismo día de la contraofensiva alemana en un intento
de romper las defensas francesas. En los cruentos combates que se dieron esa
jornada, von Schleich luchó valientemente, hasta que fue impactado por metralla
(algunas fuentes aseguran que fueron balas perdidas) y por consiguiente fue
retirado del frente. Sus heridas eran bastante preocupantes y se llegó a temer
incluso por su vida. Como fuera, parecía que la guerra había terminado para el
joven oficial.
Mientras se recuperaba
de sus heridas, von Schleich decidió pedir el traslado de manera voluntaria a
la Fuerza Real Aérea de Baviera, destino que no le denegaron pues se pensaba,
por aquel entonces, que ser piloto de aviones de reconocimiento no era algo que
necesitara de un buen físico como la guerra en tierra. Comenzó de inmediato, y
sin estar recuperado del todo, con los entrenamientos para convertirse en
observador aéreo. Después de un tiempo realizando misiones de observación con
un Fokker de dos plazas, solicitó ser
entrenado como piloto de combate, terminando los entrenamientos en septiembre
de 1915.
En octubre de 1915 se
unió, como comandante en jefe, al escuadrón de Defensa nº 28, poco después fue
trasladado al Jasta 1 y finalmente terminó recalando en el
Jasta 21 como oficial al mando. En enero de
1916, cerca de Verdún, se le encomendó una vital misión de reconocimiento sobre
las líneas enemigas. Era muy importante poder recabar información sobre las
posiciones enemigas, y von Schleich se tomó muy en serio su obligación. En
mitad del vuelo de observación fue herido en un brazo por una explosión
antiaérea, pero en vez de volver a la base para curar la herida, ordenó a su
acompañante Hans Adam, (futuro as de la Jagdgeschawader I) que le vendara la herida en pleno vuelo para
poder continuar con la importantísima misión. Entre el tronar de las balas y
las explosiones de las baterías antiaéreas enemigas, Adam curó como buenamente
pudo a von Schleich y después continuaron volando terminando con éxito el
reconocimiento. Ambos valientes fueron premiados con la Cruz de Hierro de
Primera Clase por esta acción.
La herida significó
para von Schleich el retiro hasta su total recuperación, lo que le obligó a
estar sentado detrás de un escritorio hasta septiembre de ese año, para
frustración del piloto. Dado que no había aviones disponibles para combatir,
von Schleich se apropió de un aparato Nieuport francés capturado en una escaramuza anterior y ordenó que le pintaran
ambos lados del aparato de color negro y que luego pintaran encima la cruz
teutónica. Después, salió a volar con este avión y entró en combate. La
decisión de von Schleich no gustó nada al Alto Mando y le retiraron el avión,
pero tanto insistió y se quejó von Schleich, que finalmente fue enviado a la
escuela de pilotos de combate, donde su instructor, Erwin Boehme, sólo le pudo
retener catorce días. Von Schleich tomó entonces el mando del Fliegerschule 1 y el 21 de mayo fue enviado de nuevo
al frente al mando del Jasta 21.
El 25 de mayo de 1917, von Schleich
entabló un feroz combate contra un oponente de gran habilidad, un piloto
francés que plantaba cara al alemán con valentía y resolución. Tras el
disputado combate, von Schleich logró abatir a su oponente y contempló como el
avión se estrellaba. Dispuesto a intentar salvar al valiente piloto, von
Schleich no dudo en aterrizar su aparato y correr hasta el enemigo, pero ya era
tarde, pues había muerto. Era el famoso as francés René Dorme. No pudiendo
hacer ya nada por su enemigo, von Schleich subió de nuevo a su avión y se
retiró a la base, no sin antes ordenar a unos soldados alemanes que llevaran el
cuerpo del piloto abatido a las líneas francesas con una nota que decía:
«Este
piloto ha muerto valientemente luchando por Francia.»
Esta anécdota nos
revela el gran carácter de este increíble piloto, su valentía y honor. Por si
fuera poco, y como otra muestra de su gran valía, el Jasta 21, antes de la
llegada de von Schleich, poseía un historial bastante pobre en combate y su
moral era muy baja. A la llegada de von Schleich, y en un solo mes, la moral
había subido y se habían derribado 36 aviones enemigos; 19 de esos derribos
fueron efectuados por von Schleich.
Un suceso muy
importante que marcó la vida de von Schleich fue cuando su mejor amigo del
Jasta, el teniente Erich Limpert, fue asesinado en un combate cuerpo a cuerpo
cuando su avión se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en las
líneas enemigas. Después de recuperar el cuerpo de su amigo, von Schleich
estaba tan conmocionado que ordenó pintar su avión de negro en memoria de
Limpert. Desde entonces, a von Schleich se le comenzó a conocer como “el Caballero Negro”. Volando siempre por delante de su escuadra, el
avión negro destacaba sobre los demás,
trayendo el temor a los enemigos y subiendo la moral de los pilotos
alemanes y de los soldados que le observaban desde tierra. Entre los aliados la
escuadra de von Schleich comenzó a ser llamada “el escuadrón del hombre muerto”. Pero “el Caballero Negro” también era muy bromista, tanto que
con sus bromas rallaba la temeridad.
En una ocasión, tomó
un avión francés capturado, un Spad, y pintó cruces alemanas a ambos lados del aparato. Una vez en el aire
con este aeroplano se topó con una escuadra francesa, pero en vez de huir o
combatir se unió a ellos en la patrulla.
Voló bastante tiempo
con los franceses que no se dieron cuenta de nada, hasta que el líder de la
patrulla contó los aeroplanos y se dio cuenta que había uno de más. Se acercó y
descubrió las cruces alemanas en el intruso. Von Schleich logró escapar a duras
penas de las iras de los franceses, pero no de las severas reprimendas de sus
superiores. Otra anécdota curiosa es aquella que cuenta que von Schleich cayó
enfermó de disentería y se le ordenó guardar cama y alimentarse con sopa.
Tras unos días, el Caballero Negro estaba más que harto de aquella vida
y mandó que se le preparara el avión. Antes se comió un pollo asado, bebió vino
y disfrutó de un gran cigarro. Después se puso a los mandos de su avión,
despegó y le dio tiempo a derribar a un enemigo antes de retornar a su base.
Fue arrestado nada más bajar del aparato y se le encerró en sus habitaciones
con guardias en la puerta y ventanas. Cuando terminó de curarse, se le concedió
una licencia de seis semanas. A su regreso, von Schleich fue asignado a un
nuevo Jasta, pero los desacuerdos entre Prusia y
Baviera hicieron que terminara destinado a un grupo recién creado en Baviera,
el Jasta 32, que más tarde pasó a formar parte
de la Jagdgeschwader
8. Para octubre de
1917 la cuenta de victorias del Caballero Negro ascendía a 25. Fue entonces
propuesto para recibir la Pour le
Mérite, pero debido
a otras disputas entre Prusia y Baviera acerca de cuál medalla era de más
prestigio, no se le terminó de conceder, pero a cambio se le dio el rango de Oberleutnant. Finalmente, el 4 de diciembre de
1917 le fue entregada la prestigiosa condecoración de manos del propio
emperador y unos días más tarde fue premiado con la Orden Militar de Max-Josef
por el rey de Baviera. Fue entonces cuando recibió el título de caballero, o
sea, von. En agosto de 1918 fue ascendido a Hauptmann (capitán) y en octubre de ese año se le ordenó viajar a Berlín para
probar unos prototipos de cazas. Cuando regresó al frente la Gran Guerra había
terminado. Tuvo que ser hospitalizado brevemente para que pudiera recuperar
fuerzas después de tantos años de luchas. En 1919, fue nombrado inspector del
Servicio Aéreo de Baviera. En abril de ese año, el Partido Comunista de
Alemania tomó por la fuerza el control de Munich y el nombre de von Schleich
fue puesto en una lista para su detención y posterior juicio. No obstante, las
tropas leales al gobierno lograron expulsar a los comunistas al mes siguiente,
devolviendo Baviera a la Republica de Weimar. Después de una breve temporada
como piloto en la Policía, se convirtió en oficial de enlace con la Comisión de
Paz del Ejército, responsable de la aplicación de los términos del armisticio.
Pero finalmente, debido al Tratado de Versalles, muchos pilotos fueron
desmovilizados en diciembre de 1921, entre ellos von Schleich, que se vio
obligado a trabajar como granjero de turba y más adelante como piloto de la
aerolínea de Lufthansa, donde permanecería hasta 1933. Antes, en 1929, fundaría
un club de vuelo en Munich. Deslumbrado por las promesas de gloria del Partido
Nazi, se convirtió en miembro de la SS-Fliegerstaffel y del Partido Nazi en 1931. La SS-Fliegerstaffel era una organización paramilitar
de vuelo, encargada de entrenar a las Juventudes Hitlerianas para formar a los
cadetes y convertirlos en futuros pilotos de guerra. A von Schleich se le dio
control total sobre una de estas escuelas y fue ascendido a General y nombrado
Presidente de la Liga Alemana de Deportes de Aire, además de ser elegido para
el Reichstag. Con la creación de la Luftwaffe en 1935, von Schleich regresó al servicio militar supervisando la
formación de unidades de aire de reserva y para entrenar a los pilotos en los
bombardeos en picado. Luchó en la Guerra Civil Española en la famosa Legión
Cóndor. A su regreso de España se le nombró comandante de la nueva Jagdgeschwader 234 en 1937 y más adelante del Jasta 132 que fue bautizada como Jasta 26 “Schlageter”. Su misión era la defensa de la
frontera occidental de Alemania. Finalmente, debido a los delirios de Hitler,
Alemania entraba de nuevo en guerra; comenzaba la Segunda Guerra Mundial.
Von Schleich se
convirtió en comandante de la escuela de pilotos de combate en Viena-Schwechat,
Austria, en diciembre de 1939. A finales de 1940 fue enviado a Rumania para
ayudar en la organización y creación de la Fuerza Aérea Rumana. En 1941 se
convirtió en comandante de las fuerzas de ocupación en Dinamarca, puesto en el
que estuvo casi dos años y medio, hasta que fue nombrado teniente general el 1
de septiembre de 1943. Su siguiente destino fue Noruega, como comandante de las
fuerzas de tierra de la Luftwaffe, cargo que ocupó hasta finales de
1944, cuando fueron disueltas las fuerzas. A mediados de noviembre von Schleich
engrosó las listas de la reserva.
Cayó prisionero de los ingleses nada
más terminar la guerra y fue internado en un campo de prisioneros para
oficiales de alto rango. Von Schleich ya se encontraba enfermo y sufrió una
afección cardiaca que le provocó la muerte el 15 de noviembre de 1947, a los 59
años de edad. Fue enterrado con todos los honores militares en Diessen am
Ammersee, cerca de Munich. Desparecía así un extraordinario soldado dueño de
una insólita personalidad, respetado y temido por sus adversarios, el tan
temible “Caballero
Negro”, sólo
superado en fama por el mismísimo Barón Rojo. Eduard Ritter von Schleich fue
unos de los mejores pilotos de la Primera Guerra Mundial, con 35 victorias
confirmadas y posiblemente algunas más no concedidas.
Esta biografía forma parte de otras
muchas recogidas en la obra CABALLEROS DE LA POUR LE MÉRITE escrita por Juan Carlos Sánchez Clemares y
publicada por Stuka Ediciones. Puedes adquirir la obra en librerías especializadas
y grandes superficies y a través de la página Web de la editorial.
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